21 Enero 2015
Los 252 kg de cocaína que desaparecieron de la jefatura de Amambay, aparentemente para ser devueltos a su dueño, salpican a todos los intervinientes. El fiscal quiso quemar la droga pero dispuso que mientras tanto se guarde en el depósito policial a pesar de que le advirtieron que era riesgoso, el juez dilató innecesariamente la incineración; el GEO debía cuidar el cargamento y el jefe policial salió de vacaciones. Nadie se salva.
De acuerdo a lo dicho por los ministros del Interior, Francisco de Vargas; y de la Secretaría Nacional Antidrogas, Luis Rojas, lo que pasó en la comisaría no fue un robo sino una devolución; esto es, efectivos policiales comprados por los narcotraficantes se apoderaron de la droga y la devolvieron a los mismos narcos a los cuáles se les había incautado el cargamento.
No hay ningún motivo para dudar de que esto sea cierto; aunque algunos hablan de que en realidad los narcopolicías implicados obedecieron órdenes de un grupo rival del narco dueño de la droga. Sea como fuere, lo cierto es que fueron narcotraficantes quienes ordenaron a corruptos policías que se apropien de la droga. Y teniendo en cuenta que no es un paquetito de 252 gramos sino 252 kilos, para acarrear impunemente el cargamento mucha gente tuvo que mirar para otro lado y posibilitar el hecho. Y varios fueron los antecedentes previos que tuvieron que ver con esto.
El sábado 11 de enero se incautó la droga que presuntamente protegían dos concejales departamentales, José Bogado (ANR) y César Quevedo (PLRA); dos días después, el lunes 13, el fiscal Juan Carlos Blanco pidió al juez Luis Benítez que se incinere todo el cargamento pero transcurrió toda la semana sin que se haga nada hasta que el sábado 16, 8 días después, desaparezca como por arte de magia del depósito donde estaba guardado por orden del fiscal Blanco, quien a su vez había sido advertido de que era riesgoso guardar la droga en ese depósito y aunque prometió que sólo sería por ese primer fin de semana, durante esos 8 días no decidió el traslado.Cayeron los jefes policiales de la zona y están sumariados 3 suboficiales que ya habrían confesado el hecho, pero lo cierto es que aquí hubo mucho más de lo que se cuenta. Aunque pretendan lavarse las manos la desaparición de los 252 kg de cocaína salpica también al fiscal y al juez intervinientes. No sería extraño descubrir que la complicidad llega hasta la Corte Suprema de Justicia.
BAJO SOSPECHA
-José Bogado y César Quevedo, los dos concejales de Amambay sospechosos de haber estado protegiendo el cargamento de 252 kg de pasta base de cocaína, encontrada en un camión cuando la Policía seguía los pasos de ambas autoridades departamentales.-Juan Antonio Blanco, fiscal que decidió guardar la droga en el depósito, aunque se le advirtió que era peligroso hacerlo.-Luis Benítez, juez que ignoró el pedido del fiscal Blanco y no ordenó la incineración de la droga.-Comisario Sebastián Talavera, exjefe policial de la zona, quien se tomó vacaciones en pleno proceso y como consecuencia fue defenestrado del cargo.-Comisario Víctor Barúa, exjefe del Grupo Especial de Operaciones (GEO) de la zona de Amambay, también removido del cargo.-Suboficiales Lucio Recalde, Santiago Ferreira y Celso Fleitas, del GEO, imputados como directos responsables de la desaparición de la droga. Son los únicos detenidos hasta el momento.
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