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ramiroPor Ramiro Cardoso
Este texto surgió como un conjunto de sentimientos que tuve al indagar sobre la última dictadura en la historia Argentina, al cuestionarme por qué la gente está tan segura de que no volverá a ocurrir y principalmente qué podemos hacer nosotros los jóvenes para luchar contra este sistema corrupto que tanto nos envenena.
¿Identidad? ¿Saber quién soy? ¿De dónde vengo? Son las preguntas de los huérfanos que nos dejó el Cóndor hace 40 años, esa dictadura que exterminó a todo aquel a quien pensaba distinto, ese plan que arrasó con los espíritus jóvenes que exclamaban por libertad, esos militares que eran capaces de vender a sus madres por tan solo el hecho de saborear el poder que tanto ansiaban.

Tenemos que recordar para que no vuelva a ocurrir, tenemos que marchar para que el grito se escuche en todos lados y tenemos que reclamar para que no haya más personas sin identidad, o hijos de desaparecidos, torturados y lo peor de todo privadas de la libertad, no sólo física, sino también de expresión.  

Me gustaría poder decir que después de tantos años la sociedad cambió, que vivimos en democracia, pero ¿esto es democracia? Un mundo en donde mártires como Pablo Medina, Bertha Cáceres son asesinados por levantar la voz, por decir lo que a los poderosos les duele. Vivimos en una era en la que imaginar está prohibido, porque ¿qué eran estas personas y muchas otras más alrededor del mundo, sino soñadores de un mundo en paz? Estos monstruos no van a parar hasta talar el último árbol, hasta que se derritan los polos, hasta que no quede más agua potable en el mundo y hasta que el último mártir caiga.

Por eso hoy en día es importante que nos cuenten lo que sucedió, lo que no vivimos pero heredamos. Los adultos tienen un rol fundamental en esta tarea, ya que pueden brindar a los jóvenes las herramientas no sólo para que no vuelva a ocurrir, sino, para fomentar esa sana rebeldía que nos permite gritar: “que se vayan ellos”, cuando el país está en juego. Y nosotros, también tenemos la tarea de hacerle recordar a los políticos, que no se hagan los distraídos y fomenten la memoria, para que se investigue y aclare la historia. No podemos descansar hasta que aparezca el ultimo nieto, hijo o desaparecido.

Ramiro Cardoso
07 de abril de 2016
Arca Lily Mariposa
Rosario – Santa Fe - Argentina