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matiasguffanti100DEL CIELO A LA TIERRA
 
LOS RETOÑOS DE LA COMUNIDAD DE JUAN CRECEN Y SE CONVIERTEN EN INICIADOS DE LOS ÁNGELES DE LA CONSCIENCIA SOLAR.
LOS JÓVENES QUE HAN DESPERTADO A LA VERDAD DE CRISTO, NUESTRO SEÑOR, SON LA FUERZA GANADORA DE LA REVOLUCIÓN CRÍSTICA, QUE CONDUCIRÁ A LA META DE LA VICTORIA A LOS ELEGIDOS, A LOS LLAMADOS Y A TODOS LOS SERES HUMANOS QUE HAN TRABAJADO A FAVOR DE LA VIDA.
SI, LOS CAPULLOS DE LA MADRE TIERRA CRECEN Y YO DISMINUYO CONSUMIÉNDOME EN LA CARNE Y EN EL SACRIFICIO DEL CRUCIFIJO.
QUE SE HAGA TU VOLUNTAD, PADRE SANTO Y JUSTO.
GRACIAS MATÍAS, AMOR DE MI ALMA Y DEL ESPÍRITU DE AQUEL QUE PRONTO TE VISITARÁ A TI Y A TUS HERMANOS PARA CONDUCIROS A LA TIERRA PROMETIDA: EL REINO DE DIOS.
CON CRISTICO AMOR, TU HERMANO Y SERVIDOR.
 
G. B.

3 de Mayo de 2013
 
MARAVILLOSO
 
Crónica de la visita de Giorgio Bongiovanni a Argentina – Marzo /Abril del 2013
Por Matías Guffanti
 
Infinitas galaxias de diferentes formas y tamaño, infinitas nebulosas con colores intensos y brillantes, estrellas, soles, rocas, planetas y sistemas solares, viajan en un espacio oscuro y profundo, sin límite que lo contenga. Es el inmenso cosmos lleno de vida y movimiento que invade todo lo que existe. Allí, un punto se ve iluminado, como tantos otros, perdido en la inmensidad. Puede ser tan solo una roca más, un granito de arena en una playa que la vista no alcanza a captar. Pero sin embargo no es así. Es un planeta, el planeta Tierra, que gira sobre sí y en torno a su esposo y padre el Sol. Una expresión de la grandiosidad de Dios, del amor de un Padre justo que ama hasta la última partícula de su ser.
Lo cubre un manto azul. Es el aura de su espíritu, que lo protege y lo cobija como una madre cuando acuna a su hijo para que cese el llanto y los gritos. Al entrar en él, millones de hechos suceden en simultáneo. Se escuchan gritos, muertes, llantos, torturas. Se ven cosas que nunca imaginamos que llegaríamos a hacer. Pero sin embargo allí, la vida continúa expresándose en cada instante. En medio del odio y de la locura humana las flores siguen creciendo, las aves siguen cantando y el Sol ilumina a buenos y malos. Un constante bullicio y caos es lo único que se escucha al adentrarnos en él.
Entre los hombres uno de ellos sobresale. Un hombre que lleva consigo la responsabilidad de ser la última esperanza que el Espíritu Santo ha puesto sobre ese pequeño punto perdido en el universo. Es quien lleva consigo el espíritu de la verdad, un enviado de las estrellas que da testimonio que Dios es veraz. Una señal viviente que enseña el sacrificio y el amor sin límites, que muestra a los hombres cegados por el velo de la ignorancia que somos, aquí en este planeta, nada y todo a la vez.
Lo miro a los ojos al hablar y veo el universo en Él. Observo sus gestos y sus actos y veo al Sol que ilumina todo a su alrededor. Pero sin embargo la humanidad no se detuvo a escucharlo. Pasa desapercibido como si nada de Él fuera suficiente. Lleva consigo un mensaje, lleva consigo las heridas del Rey y recorre los continentes hablando del juicio final. Es un profeta, un bautista, un maestro que ilumina aquellos corazones dispuestos a dejarlo todo por el Cristo. El agua que sacia la sed, el vino que se hizo sangre y el pan que se hizo cuerpo para alimentar a quienes de Dios quieran comer.
Sus palabras no son suyas y sus frutos los dona todos al Padre. Habla de la resistencia y fortalece a los suyos, habla de su función y encamina a todos los que lo escuchan. Da conceptos que las iglesias se niegan a revelar, mientras enseña la humildad poniéndose siempre en el último lugar.
Estoy orgulloso de conocerlo, de haber renacido nuevamente en su Obra. Y siento que por esto tengo una inmensa deuda con la vida. Porque Él me enseñó a ver al mundo, donde solo podía ver tristeza y dolor, un lugar lleno de esperanza, inmerso en un universo colmado de vida y magia. Me enseñó ética, moral, a poder ver lo grandioso de la vida, que a pesar de todo el dolor que nos rodea, sigue floreciendo en la tierra, en el aire, en el agua, en cada rincón y en cada partícula.
Me enseñó que no solo debo desear un futuro, si no luchar por él. Que no sólo debo creer y admirar al Cristo, si no también imitarlo en cada momento de mi vida. Me enseñó a ser quien soy y a vivir como vivo, a reconocer a los demás como mis hermanos y a amarlos como tales. Pero me enseñó tantas cosas más, que me sería difícil de expresarlas. Y sé que mientras me mantenga junto a Él podré ser un eterno aprendiz.
Este viaje de Giorgio a Latinoamérica fue como un gran bautismo colectivo que todos necesitábamos. Una iniciación capaz de limpiar todos los errores en los que insistimos. Un bautismo de fuego que nos llenó de fuerza y ardor el plexo solar. El mismo ardor que impulsó a los mártires de la historia a creer en un cambio mundial y los hizo entregar hasta su vida. Un ardor que seguramente los apóstoles sentían al escuchar al Cristo y predicar. Y una fuerza que seguramente era la misma que los santos sintieron al decidir cambiar radicalmente sus vidas.
Pero además a todos estos sentimientos se sumó el de la unidad. Desde que recibimos a Giorgio, Sonia y la pequeña Sonia en el aeropuerto de Ezeiza a su llegada, hasta que los despedimos con abrazos, llantos y aplausos en el hotel desde el cual partían, sentí más que nunca la fraternidad con todos los hermanos de las Arcas que estaban compartiendo esos días con todos nosotros en Argentina, y también con aquellos que no pudieron estar. Me emocionó ver a los jóvenes con los que comparto mi vida en Rosario escuchando cada conferencia y prestando su servicio en todo momento. Y aunque esté acostumbrado a ello, su actitud me hizo recordar el profundo amor que le tengo a cada uno de ellos.
Las enseñanzas fueron muchas y cada una de ellas tendrá que ser meditada el tiempo necesario para poder ser llevada a la práctica. Pero hubo un mensaje que sentí implícito durante todo el viaje y es: que la vida es hermosa. Que es cierto y triste el dolor y la miseria en que vive la humanidad, que existe la incomprensible locura, en algunas personas, de querer terminar con este hermoso planeta, que ya no se busca la verdad y que la injusticia y la corrupción gobiernan cualquier rincón sin piedad, en síntesis, que se sigue eligiendo a Barrabás, pero todavía somos capaces de luchar contra todo esto, y eso es lo maravilloso.
Que Cristo está aquí con nosotros y pronto se manifestará es maravilloso. Que traerá con Él un nuevo Sol y un nuevo Cielo extirpando el mal es maravilloso. Que ya no habrá odio ni tristeza, ya no habrá hambre ni pobreza, ni ignorancia, ni mentira, engaño o indiferencia y todo será como Él lo disponga, siendo el único y gran gobernante de nuestras vidas, es maravilloso.
Y por eso me gustaría compartir esta canción que Giorgio recomendó mientras hablaba del amor a aquellas almas que escuchaban con suma atención, en la conferencia de Buenos Aires, y que refleja en su letra el sentimiento que en este viaje Él despertó en mí.
Los amo profundamente a todos, como Él me enseñó a amar.

Matías Guffanti
28 de abril del 2013
Arca Lily Mariposa
Rosario, Santa Fe, Argentina