Por Paola Becco
He visto las más maravillosas manifestaciones de amor y sublimidad que la naturaleza toda imprime en cada sentido humano. La belleza del sonido, y la del silencio. La suavidad de lo que aflora y la evocación de lo que ha madurado. La expresión del amor humano, en todas sus singularidades.
El descubrimiento de cada color, matiz y saturación que el fuego sagrado imprime cuando aparece en el cénit del cielo, se manifiesta en todo lo creado.
Pero el Cristo le dice a nuestros espíritus Amarás a Dios por sobre todas las cosas.
Por Matías Guffanti
Cada encuentro con Giorgio es un momento único en el Todo, inefable, extraordinario y maravilloso. Con sus palabras el mundo se detiene y todas las prioridades ajenas a ese momento se desvanecen. Sólo importa estar ahí, donde todo a su alrededor desaparece. Un punto perdido en el infinito que se convierte en su centro y en el que se reduce todo el universo. Un momento mágico, con palabras mágicas y sentimientos que esa misma magia hace germinar en cada uno de nosotros, haciéndonos sentir que ahí está la vida, brotando como el agua de una fuente, iluminándolo todo con su luz.
Diciembre siempre tiene algo de fantástico, es el cierre del año con la proximidad de las fiestas lo que lo hace contener semanas tan especiales, cargadas de muchas emociones.
También son semanas emotivas para los niños y familias que viven sobre la Cordillera de los Andes, en la provincia de Salta de nuestra amada Argentina.
Por Patricio Alod
Y les refería Jesús una parábola para enseñarles que ellos
debían orar en todo tiempo, y no desfallecer, diciendo:
Había en cierta ciudad un juez que ni temía a Dios ni respetaba
a hombre alguno. Y había en aquella ciudad una viuda,
la cual venía a él constantemente, diciendo:
“Hazme justicia de mi adversario”. Por algún tiempo él
no quiso, pero después dijo para sí: “Aunque ni temo a Dios,
ni respeto a hombre alguno, sin embargo, porque esta viuda
me molesta, le haré justicia; no sea que por venir continuamente
me agote la paciencia”. Y el Señor dijo: Escuchad lo que dijo el juez injusto.
¿Y no hará Dios justicia a sus escogidos, que claman a Él día y noche?
¿Se tardará mucho en responderles? Os digo que pronto les hará justicia.
No obstante, cuando el Hijo del Hombre venga, ¿hallará fe en la tierra?