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TARGA-VIA-CARINI-WEBEL VALOR DE UNA PROMESA
Es de tarde. El largo viaje que comenzó a mitad de la mañana, ya ha recorrido las regiones que desde Le Marche nos ha llevado hasta Sicilia. Largos kilómetros de litoral adríatico han pasado a nuestra izquierda permitiendo que nuestras miradas se pierdan más allá de los límites del horizonte en ese azul infinito iluminado por el Sol que como en un abrazo une la tierra al cielo. A la derecha actuaron de marco las verdes y dulces colinas que nos condujeron hasta la espléndida cadena de los Apeninos, la que abriéndonos continuos pasos dentro de sus montañas nos ha permitido que la atravesáramos hasta la punta extrema de nuestra península. El cálido soplo del viento, el azul intenso del mar y el fuerte olor a sal embriagan nuestros sentidos entumecidos por esa materialidad que nos mantiene prisioneros en un mundo ajeno, pero a través de la cual es necesario pasar para poder rescatar esa verdadera consciencia que nos hará libres y que podrá devolver a las generaciones futuras la dignidad del propio vivir que les corresponde por derecho.
Ya arriba del ferry que ondula entre las olas blancas y espumosas del Mediterráneo observamos ese triángulo de tierra de sabor dulce y amargo al mismo tiempo, de colores extremos, de blanco y negro, una tierra capaz de dar a luz seres que tienen una extraordinaria capacidad de amor incondicionado y hombres capaces de experimentar sentimientos de odio feroz y determinado. Una lucha constante entre valores opuestos, cobardía y valentía, apatía y pasión, muerte y vida en una batalla ancestral que se libra entre las fuerzas del bien y las del mal por la supremacía de las almas.
Una vez más nos recibe esta tierra de miles contradicciones abriendo sus brazos al hombre que espera desde hace tiempo. Tierra bañada por la sangre de los mártires. Tierra marcada por el paso de los justos. Tierra mojada por las lágrimas de las madres que lloran a sus hijos asesinados y tierra bendita tocada por la sangre de Cristo.
Ya se ha hecho de noche. Parte de la redacción de la revista ANTIMAFIADuemila y parte de la familia acompañamos a Giorgio Bongiovanni para una cita anual que este año asume un matiz de contornos más profundos. Aunque algunos miembros de nuestra redacción ya estén trabajando desde hace algunos meses en la ciudad de Palermo, el traslado de Giorgio se concreta hoy.
Es más de media noche. El 17 de julio de 2011 ha comenzado.
Durante el viaje Emanuele y Francesco condujeron los dos autos mientras Giorgio se dedicaba a las diferentes y numerosas actividades operativas. Pero a pocos kilómetros de la capital siciliana Giorgio le pide a nuestro querido Emanuele que se detenga en una plaza de estacionamiento. En silencio baja del auto y se ubica en el asiento del conductor. Volvemos a salir. Las ruedas corren veloces sobre el asfalto de la autopista. En religioso silencio admiro el firmamento iluminado por las innumerables estrellas que esta noche parecen más luminosas que de costumbre, mientras una profunda emoción surge lentamente del alma. Ninguno de nosotros habla, pero se que todos percibimos el mismo sentimiento. Observo el tablero iluminado de nuestro auto y diviso el número 5.5. Son los kilómetros que nos separan de la ciudad. Las notas del Ave María resuenan como de un encantamiento en el habitáculo, elevándose al Cielo junto con nuestras plegarias. Es ella. Con Su Divino manto envuelve al precursor de Su Hijo cubriéndolo con esa protección que necesitará y acompañando su ingreso en esa ciudad santa señalada por la antigua profecía. Lo observo por el espejo retrovisor. Copiosas lágrimas mojan mi rostro un cúmulo de sentimientos y pensamientos llenan mi mente, aprieto la mano de mi Ángel, mi niña, que duerme a mi lado, y la de Antonella que me mira intensamente. Veo los ojos de Lorella. Con el ceño fruncido, el rostro sudado, Giorgio mira derecho hacia delante, su mirada se proyecta hacia ese futuro incierto que le espera, consciente de que no será un juego, pero el Caballero de Luz sobre su caballo blanco como un valiente y orgulloso caudillo entra por las puertas de la ciudad. Las profundas notas de la banda sonora de Ennio Morricone para la película sobre Giordano Bruno, en el momento que le llevan a la hoguera, oprimen nuestro corazón como en una morsa. “Tenéis vosotros más miedo al pronunciar esta sentencia que yo al recibirla” dijo el filosofo a sus verdugos. Recuerdo esas palabras con una angustia profunda pero con la consciencia de que detrás del ejemplo de Cristo muchos hombres dieron la vida por los valores supremos de la Justicia y la Verdad venciendo la muerte. Nadie emite una sola palabra. El silencio a veces habla más que la misma voz. Observo el navegador satelital y me doy cuenta que no estamos yendo a la que será nuestra casa, Giorgio está buscando, entre las calles de la ciudad, otro lugar. Me pregunto cuál será. Entre el tráfico del burgo que a pesar de la hora tardía pulula de vida, llegamos a destino. Nos encontramos en la calle Isidoro Carini. Frente a nosotros la placa que representa al General Carlo Alberto Dalla Chiesa, su mujer Emanuela Setti Carraro y el agente de escolta Domenico Russo asesinados por la mafia el 3 septiembre de 1982. “Hay cosas que no se hacen por valentía” dijo un día Dalla Chiesa a su hijo “se hacen para poder mirar serenamente a los ojos de los propios hijos y a los hijos de los propios hijos. Hay demasiada gente honesta, mucha gente común, que tiene confianza en mí. No puedo decepcionarla”. Giorgio, recordando una promesa hecha al General hace 30 años, baja del auto, en silencio, seguido por nuestros pasos y por nuestra mirada turbada se detiene frente a la placa, mirándola por largo tiempo, para luego dirigirse a unos pocos pasos hacia adelante, en la calle, precisamente donde ocurrió el asesinato. Y en ese preciso momento ocurre algo de un valor completamente místico y espiritual además de profundamente humano. Le vemos como en cámara lenta arrodillarse en ese asfalto, tocar con sus sagradas manos el suelo de esa tierra desgraciada y al mismo tiempo bendita para luego besarla. Nos quedamos a su alrededor, atónitos en ese instante en el que el tiempo ya no es tiempo y el espacio ya no es espacio. No sabemos quién se haya percatado de lo ocurrido pero nos damos cuenta que los autos nos pasan por al lado, así como las personas, ignorantes e inconscientes. “Este es el asfalto bañado por la sangre del General, de su mujer y del agente de escolta” susurra Giorgio con un hilo de voz, luego levantándose lentamente del suelo se dirige lentamente al auto “El día de su asesinato le prometí que algún día vendría a vivir aquí y que obtendría justicia para él”
Salimos de calle Carini, esta vez hacia casa. Nuestra casa de Palermo.
Nos reciben algunos queridos hermanos de la isla, de Pordenone y nuestros queridos Lorenzo y Maria que ya están establecidos en la redacción. Entramos con el equipaje a la casa, con la ayuda de todos, entre abrazos fraternales por la alegría de reencontrarnos. Con el corazón lleno aún de la emoción por lo que acaba de suceder abrazo fuerte a Emanuele que con la voz quebrada por la conmoción me susurra: “No me digas nada Sonia” mientras una lágrima llega directa a su corazón de joven enamorado de su General, de su jefe, hermano, padre y amigo. De ese hombre que ha dado un sentido a su joven vida. Emanuele que representa a todos sus amigos y hermanos del mundo en cuyo pecho arde el fuego de la Verdad. Volvemos en sí para contar lo ocurrido a los demás y comer algo caliente que el irreemplazable responsable del arca de Palermo, Giovannone junto con su mujer Meri y el pequeño Lorenzo nos ofrecieron amablemente para luego ir finalmente a apoyar la cabeza en una almohada blanda.
Nos despertamos en Palermo.
Desde los grandes ventanales vemos frente a nosotros la ciudad como en una postal...  el monte Pellegrino, Castello Utveggio, la bahía de Mondello, el mar de un azul profundo... en las páginas de la edición local del periódico “Reppublica” se habla de las primeras actividades conmemorativas en honor a Paolo Borsellino y el programa establecido para los tres días 17/18/19 de julio y para nuestra gran sorpresa divisamos entre las fotos del artículo una correspondiente a la manifestación del año pasado, de un primer plano de nuestro amado Giovanni, hijo de Giorgio y Lorella, levantando su “agenda roja” entre todas las demás. Una señal clara que impacta profundamente a Giorgio y a todos nosotros.
En las próximas horas siguen llegando otros hermanos mientras Lorenzo y Anna siguen con los preparativos de la conferencia y presencian las varias actividades organizadas por Salvatore y Rita  Borsellino para el aniversario del doloroso atentado de Via D'Amelio.
Mientras tanto Giorgio reunido con los hermanos de las diferentes asociaciones presentes bautiza la nueva arca de Palermo con el nombre de “Arca Justicia y Verdad”.

Es el día 18 de julio.
El grito de los jóvenes en marcha al frente de la caravana de las “agendas rojas” retumba en las calles de Palermo. Les oímos llegar y esperamos a que lleguen frente a la Facultad de Jurisprudencia donde se desarrollará nuestra conferencia y donde se ha reunido la población civil. Salvatore Borsellino está al mando de la caravana y casi sin voz saluda a Giorgio que ha ido a recibirlo para abrazarle afectuosamente. Junto con Salvatore. Giorgio también levanta la “agenda roja” junto a numerosos jóvenes, ese símbolo de quien no se rinde, de quien no se conforma, de quien se niega a ser esclavo, de quien tiene valor, de quien grita para dar voz a aquellos que no tienen voz, de quien lucha por un mundo mejor... “Fuera la mafia del Estado” gritan los jóvenes y siguen alentando a esos verdaderos hombres que aún nos honran como representantes de nuestra pobre Italia “Di Matteo, Ingroia y Scarpinato vosotros sois el verdadero Estado”. Cámaras fotográficas y filmadoras registran el evento. Un movimiento revolucionario toma forma, se amalgama en nuestro país tal como en tantos otros Estados del mundo. Es la revolución de los justos, el grito de los sedientos de justicia.
Así entonces hacen su ingreso al hall exterior de la Facultad Giorgio Bongiovanni y Salvatore Borsellino seguidos por la caravana y por la gente que se acerca a saludarles. En poco tiempo el patio se llena de personas que llegan a más de 700. Al lado del stand de Antimafia este año también  está presente el punto de información de Funima International con la presencia de la presidenta, nuestra querida Mara y del director Giovanni Bongiovanni. Como todo año también están presentes  Angelo Aiello que se encarga de las filmaciones en video, junto a los demás queridos hermanos de  Catania, Siracusa, Messina y de otras ciudades de Sicilia, así como nuestros Aaron, Maria y Monica de la redacción Antimafia que transmitirán las noticias. También llegan al panel de oradores Anna Petrozzi, jefa de redacción de la revista y moderadora del evento, y Lorenzo Baldo, vice director y organizador del congreso, ojos y brazos del director, que sin su presencia no habrían podido alcanzarse los resultados obtenidos hasta hoy. El periodista y ex parlamentario europeo Giuletto Chiesa hace su ingreso inmediatamente después, también él rodeado de gran cantidad de ciudadanos que quieren saludarle, este año él es la novedad.
La entrada de los magistrados Antonino Di Matteo y Antonio Ingroia nos causa una gran emoción acompañada por el afectuoso recibimiento del público. Minutos de aplauso en una standing ovation general. Ellos también están conmovidos por tal demostración de afecto y se ubican en el panel de oradores. Poco después del comienzo del debate llega también el juez Roberto Scarpinato.
Anna saluda a la platea dando comienzo a la conferencia que este año lleva por título “Quinto potere. Le finalità dello stragismo tra depistaggi e verità storiche.” (Quinto poder. Los objetivos de la estrategia de atentados entre acciones de despistaje y verdades históricas). Un evento bajo la consigna de la resistencia, del deseo de crear un frente único que se oponga al sistema criminal vigente. Además de las personas presentes en el claustro de la Facultad están conectados en streaming más de mil oyentes. Tiene la palabra la hermana de Paolo y Salvatore Borsellino, Rita, que nos honra con su presencia con su afectuoso saludo: “Es realmente extraordinaria esta participación vuestra, esta presencia vuestra, este clima” dice con el peso de un dolor que aún es demasiado fuerte dentro del corazón, pero al mismo tiempo el corazón de una mujer y de una madre que sabe amar: “recuerdo que Paolo decía: 'la gente alienta por nosotros'... gracias por no habernos abandonado nunca, gracias por habernos creído hasta el final, gracias por estar presentes todos juntos porque es una tarea difícil la que hemos asumido, es una tarea muy difícil y no sólo tenemos que seguir caminando sino que tenemos que estar cerca de ellos que siguen adelante, que llevan la antorcha, para que nosotros que vamos detrás podamos ver el sendero por el cual caminamos” continúa Rita refiriéndose a los magistrados presentes y a quienes no están aquí pero que luchan en primera línea y concluye: “Por primera vez han participado en nuestra manifestación una serie de polluelos los pequeños de la familia Borsellino... ahora nos vamos a casa... vosotros seguid debatiendo aquí de cosas importantes ya que para ellos sería un poco difícil de comprender, más allá de que hayan aprendido desde chicos a escuchar hablar de palabras como la justicia y la verdad. Estas son las nuevas generaciones a quienes les entregamos nuestro país”. Las hermosas y conmovedoras palabras de Rita son acompañadas por un fuerte aplauso del público y por el abrazo de Salvatore y de Giorgio. Agradeciéndole afectuosamente Anna pasa luego la palabra al Director de la Facultad de Jurisprudencia Antonio Scaglione, hijo de otro mártir de la justicia, el juez Pietro Scaglione asesinado por la mafia en 1961. “Tomo brevemente la palabra, quería dar a todos los participantes el saludo más cordial de la  Facultad de Jurisprudencia que una vez más se siente profundamente honrada por albergar esta manifestación como en los años anteriores”... El director enumera, para recordar a los más jóvenes, los nombres de la gran cantidad de mártires asesinados en esta ciudad a manos de la mafia y continúa recordando a un hombre especial: “Quería recordar a un estudiante de esta Facultad, a quien mafiosos indignos no le permitieron graduarse, el capitán de los Carabinieri Emanuele Basile. Hemos obviado este ataque  mafioso y en el 2010 otorgamos el título honoris causa a la memoria del capitán Basile y por lo tanto es Doctor recibido en esta Facultad.” Un fuerte aplauso se eleva en honor al capitán Basile asesinado por la mafia el 4 de mayo de 1980 mientras se encontraba con su hija Barbara de cuatro años y su mujer Silvana Musanti mientras esperaban asistir al espectáculo de fuegos artificiales de la fiesta del Santissimo Crocefisso en Monreale. El capitán se había destacado por sus arriesgadas operaciones de servicio, trabajando, a pesar de conocer los peligros a los cuales se exponía, en prolongadas y difíciles investigaciones, que llevaron a la individualización y arresto de numerosos y peligrosos adherentes a organizaciones mafiosas operantes incluso a nivel internacional. Poco antes de morir Basile se apresuró a presentar todos los resultados que había obtenido a Paolo Borsellino. Tres años después de su muerte, el 13 de junio de 1983, moriría también asesinado a manos de Cosa Nostra su sucesor el Capitán Mario D'Aleo.
“No podemos volver a permitir que se repita lo que ya ha ocurrido demasiadas veces” dice Giorgio Bongiovanni dirigiéndose al público, “es decir que sigan ocurriendo atentados en nuestro país. “Cuando veo los noticieros me quedo totalmente desconcertado al ver como señalan a magistrados como Antonio Ingroia y Nino Di Matteo. Ambos tienen a su cargo las delicadas investigaciones sobre la llamada “negociación” entre Estado y mafia y están siendo atacados muy gravemente en la Televisión, señalados frente a millones de personas por estar atentando contra la Constitución, tildados de subversivos, terroristas. Una peligrosa acción de deslegitimación que la mafia pudiera interpretar como un mensaje: 'Asesinadlos'. Tal es así que está muy próxima a estrenarse la película con Raul Bova, para la cual se espera que la vean 12 millones de telespectadores y que llevará por título 'La persecuzione di Ultimo' (La persecución del Capitán Ultimo). Un telefilme que describe como perseguidores a los magistrados que están indagando al general Mario Mori por encubrimiento a la mafia y que en la vida real son, una vez más, Antonio Ingroia y Antonino Di Matteo. Un ataque extremadamente refinado y por ello muy grave. Episodios como este en la historia de nuestro país”, continúa el director “se repiten continuamente queridos amigos y hermanos palermitanos y por lo tanto os pido perdón si soy monótono, pero quiero insistir sobre este punto, no podemos permitir que vuelvan a volar por los aires las autopistas o que estallen calles enteras. Ingroia y Di Matteo son sólo un símbolo, el ataque dirigido a ellos en realidad está dirigido a todos los colegas que como ellos están trabajando para llegar a la verdad sobre los ideólogos externos de los atentados de Capaci y Via D'Amelio. Sobre quiénes realmente deseaban la muerte de Paolo Borsellino, de Giovanni Falcone, de los agentes de escolta para crear un nuevo poder en Italia. Un poder fuerte que según mi punto de vista gobierna hoy en nuestro país y dentro del cual encontramos quizás a los mismos sujetos que organizaron esos asesinatos o que al menos votaron a favor de que se cometieran. Y es por ello que nuestro Gobierno trata por todos los medios, día a día, con proyectos de ley absurdos, de debilitar el accionar de la magistratura”. Giorgio está por concluir habiendo recordado lo ocurrido durante el año que ha transcurrido, en medio del aplauso de la platea cita finalmente a un hombre que la vida había rehabilitado: “Para terminar, antes de pasar la palabra a nuestros invitados y siguiendo con la enumeración de los hechos ocurridos este año quisiera recordar a una persona que tuve oportunidad de conocer, pero para la cual no pido un aplauso. Era un asesino, un criminal, amigo de Riina y de otros poderosos boss mafiosos pero luego de haberse arrepentido realizó su aporte a la Justicia. Se llamaba Salvatore Cancemi y murió el pasado enero. Quiero recordarle porque durante una serie de conversaciones que tuve con él y que hice públicas en mi libro “Riina mi fece i nomi di...” (Riina me nombró a...), me reveló que en el  futuro, antes de morir, me hablaría de las relaciones que el mismo Riina mantuvo con el Vaticano. Murió antes de que yo pudiera oír su relato, pero espero que tarde o temprano algún otro arrepentido pueda hablarme de esas conexiones”.
El mensaje es claro y lamentablemente lo que éste podrá llegar a significar. El nivel se eleva cada vez más.
“El llamado y el auspicio que hago son de estar cada vez más atentos, de prestar atención a lo que ocurra”, al final de su arenga invita al Fiscal Antonio Ingroia “a no dejar que les confunda la desinformación dominante, a ayudarnos a poner otros pies (en medio n.d.r.), para impedir que nos cierran la puerta que nos conduce a la verdad. Porque estoy convencido de que Hannah Arendt tenía razón cuando decía que persuasión y violencia pueden intentar destruir la verdad, pero no pueden  reemplazarla, porque la verdad posee una fuerza intrínseca y los hechos, por su tenacidad, son superiores al poder y al final prevalecen.”

“Han habido jueces” dice el Fiscal Antonino di Matteo “colegas, entre ellos especialmente Paolo Borsellino, que con su testimonio, con sus presentaciones públicas, con sus externalizaciones, con sus entrevistas, cuando lo creyeron oportuno, nos enseñaron que hay momentos (y el que estamos viviendo es uno de ellos) en los cuales hay una alternativa: o uno se resigna sometiéndose a la ley del más fuerte o tiene que encontrar el valor de denunciar públicamente, con fuerza, lealtad y claridad lo que está ocurriendo en la justicia. Ya no es el momento de la prudencia, del silencio, de la conveniencia a no exponerse en primera persona, para todos nosotros ha llegado el momento de la asunción de responsabilidad, para todos nosotros, por parte de quien sea que crea en los valores constitucionales que regulan nuestra democracia.”

“Creo que esta cita anual que tenemos”, continúa Roberto Scarpinato para concluir con su interesante análisis histórico sobre las raíces criminales del poder en nuestro país “por fuera de los lugares del oficialismo – no es casualidad que hace años que no participo en ceremonias oficiales, sino que participo solo en manifestaciones como ésta - asume el sentido y el valor de una promesa recíproca. Los magistrados, pase lo que pase, seguiremos adelante e intentaremos reconstruir la verdad procesal. Vosotros, en cambio, no os tenéis que desmovilizar, tenéis que seguir luchando para que este hecho no sea cubierto por la manta del silencio, para que no haya una amnistía colectiva a causa de la amnesia colectiva y para que permanezca viva la memoria de lo ocurrido. Los asesinos tienen terror a la memoria; el general Videla, jefe de la Junta Militar argentina, responsable de un genocidio masivo, solía repetir: “La memoria es subversiva” y por lo tanto sigamos siendo todos subversivos de la memoria y hagamos que los asesinos sigan pasando noches insomnes, hasta el momento en el cual logremos llevarles al banquillo de los acusados.”

La transparencia, la incorruptibilidad, la coherencia y la obstinación de estos hombres/magistrados son un ejemplo de devoción a la Verdad, un ejemplo para muchos jóvenes, un ejemplo para todos aquellos ciudadanos honestos que hallan en ellos la fuerza de seguir adelante y de no ceder a ese  difuso relativismo que elimina todo punto de referencia ético y moral, porque la libertad de un hombre termina donde empieza la del otro.

“Esta noche tenemos un invitado extraordinario” anuncia el director de  ANTIMAFIADuemila “el excelente periodista Giulietto Chiesa” que es protagonista de muchas batallas, sobre todo en el campo, a nivel internacional, de la política exterior, pero también obviamente de las luchas sociales de nuestro País. Es un sobreviviente de lo ocurrido en Val di Susa. Querría preguntarle a Giulietto ¿cómo se siente esta noche aquí, en la trinchera de Palermo? ¿Tú que has estado en muchas trincheras del mundo en Afganistán, en la Unión Soviética, en Moscú, en Irak, en Palestina, aquí cómo te sientes? ¿Qué sientes? Qué nos dices de todo lo que has oído?”

“Digo una herejía” responde el gran periodista “si viviéramos en un país democrático todo lo que hemos escuchado esta noche tendrían que haberlo escuchado 30 millones de italianos. Digo ésto porque esta noche se ha hablado, lo hemos oído por boca de tres magistrados que han mencionado varias veces que uno de los problemas cruciales que tenemos ante nosotros es el de la información. Si tuviese que utilizar una frase de Antonio Gramsci diría que una gran reforma intelectual y moral de nuestro país pasa a través de un profundo saneamiento del sistema de la información que está completamente al servicio de la mafia. Obviamente con alguna que otra excepción, pero yo os invitaría a todos a reflexionar en el concepto del ruido de fondo” continúa Chiesa “las excepciones están, pero son como gritos aislados que duran un segundo y que el ruido de fondo las termina tapando, ese ruido que millones de personas escuchan todos los días, oyen, sobre todo ven. Ahora nosotros tenemos un problema de fondo que afrontar, que es un problema concreto, es el de comenzar a defendernos activamente de aquellos que nos engañan. Hasta ahora no lo hemos hecho, tenemos que aprender a hacerlo... Lo que ocurre en Italia, está ocurriendo en todo el mundo. La democracia ha sido profundamente minada a causa del hecho que los poderes, los verdaderos poderes que dominan la escena política, ya han conquistado completamente o casi por completo el control de nuestras mentes. Este es el verdadero punto de partida para una reflexión y para un cambio profundo... Esto es lo primero que quería deciros; lo segundo es que Giorgio me preguntó ¿cómo me siento? me siento como un enano, frente a lo que habéis escuchado, lo digo sin adulación, me siento honrado de estar aquí esta noche, lo considero un gran regalo para mí, para mi vida, para toda mi experiencia... mi experiencia internacional me ha llevado a entender, que ya estamos viviendo una época y una fase en la que los poderes criminales han llegado a los máximos niveles del mundo entero. Los grandes países del mundo manejados por grupos de criminales que se hablan, comunican entre ellos a través de mensajes mafiosos, se mandan señales sobre nuestras cabezas, toman decisiones sin que nosotros sepamos prácticamente nada de lo que ocurre. Por lo tanto hay una sola posibilidad y es la de producir un cambio desde lo bajo, con una gran movilización. Mirad, yo creo fundamentalmente en ésto y éste es el aporte que quiero hacer en esta ocasión. Estoy convencido de que nosotros vivimos/vosotros vivís en una época sin precedentes, hablo sobre todo a los jóvenes, vosotros veréis en el curso de vuestra vida cambios que la generación anterior no ha visto, que probablemente ninguna de las generaciones humanas precedentes ha visto. Hemos llegado al final del desarrollo, con el que nosotros hemos convivido en los últimos tres siglos, este desarrollo acabará en el curso de esta primera mitad de este siglo XXI. Es la época de la crisis de este poder... en la nueva crisis que se presenta y que pondrá en tela de juicio todas nuestras relaciones sociales, culturales, humanas, intelectuales, morales, quienes tienen el poder en sus manos reclutarán nuevamente a las fuerzas de la violencia  y de la mafia para mantenerlo, para intimidarnos, para asustarnos, para detenernos. Pero será su momento más débil, porque lo que está ocurriendo ante nuestros ojos en estos días es que está derrumbándose el imperio americano, se está derrumbando el dólar, todo el Occidente está siendo devastado por una deuda que no es capaz de controlar, el Occidente en su totalidad no sabe cómo afrontará los próximos diez, quince, veinticinco años. Entendéis que estos son los fundamentos del poder y el poder tendrá que afrontar esta crisis en esta situación, en  la que será particularmente débil. Pero al estar particularmente débil, será momento en el que tratará de ejercer la violencia contra nosotros como nunca antes hizo. La otra cosa que es igual de cierta es que nosotros, vosotros, hoy somos más fuertes de lo que nunca antes fuimos” dice Giulietto provocando un fuerte aplauso del público. 

“Prestad atención a lo que nos han dicho los recientes referendum de hace un mes... nos habían dicho que Italia estaba adormecida, que Italia era incapaz de reaccionar, que Italia era conservadora... hemos descubierto que el 53% de los italianos pone en primer lugar los bienes comunes y le dijo No a la energía nuclear ¡para siempre!” la gente sigue aplaudiendo incesantemente.

“¡A partir de hoy” continúa Giulietto “ni siquiera nuestro subversivo Presidente del Consejo podrá decir que el pueblo italiano está en su mayoría de su lado ¡no lo está!  Italia jamás ha sido la que nos han contado y ésto se lo debemos, yo creo, a nuestra Constitución, a nuestra historia. Si somos así, a pesar de todo, a pesar de 'Italia1' y 'Mediaset', a pesar de las asquerosidades de la televisión, es porque nosotros hemos tenido una gran Constitución democrática, que nos ha permitido  defendernos”. El público aplaude cada vez más fuerte, las palabras de Chiesa describen el panorama planteado por los mismos anteriores oradores visto desde una perspectiva internacional. “Entonces somos fuertes” continúa, “somos más fuertes que antes, no hay duda que somos más fuertes que antes, mirad lo que está ocurriendo en Grecia. Grecia, un pequeño país europeo, ha sido atacado, sometido a una especie de chantaje en base al cual el pueblo griego debería pagar una deuda de 300.000 millones de euros, a groso modo, cuando Estados Unidos de América, por sí solos, han acumulado una deuda de 15.000 billones de euros. Y lo mismo ocurrirá con nosotros, ocurrirá con los españoles, ocurrirá con los portugueses, ocurrirá con los irlandeses. A los griegos les dicen: 'Vended, privatizad, vended vuestras islas', a nosotros nos dirán: '¡Vended el Coliseo', vendrán aquí y nos comprarán, con el dinero artificial que han construido en los últimos veinticinco años, en Washington, en Wall Street... entonces nosotros tenemos que decirles que ¡no pagaremos la deuda que ellos han creado! ... Si los italianos dijéramos que no pagaremos nuestra deuda, o desaparece Europa o los bancos privados tendrán que negociar con nosotros. Por lo tanto este es uno de los puntos que tenemos que entender, cuáles son las fuerzas que tenemos a disposición, cuáles son las acciones que podemos realizar. Éste un programa político, quién puede realizarlo en Italia? ¿Existen partidos capaces de realizar o al menos de imaginar este programa? No existen. Entonces os corresponde a vosotros, chicos. A esta clase política hay que mandarla a casa, lo más pronto posible. Mandémosla a casa y organicémonos para defendernos. Esta noche quizás para mi sea una de las experiencias más extraordinarias, porque no imaginaba encontrarme en Palermo a tantos jóvenes, ahora entiendo que es posible encontrar a muchos jóvenes como vosotros si somos capaces de llamarles a Palermo, a Milán, a Génova, a Roma, por todas partes. Nos hemos vuelto más fuertes y podemos vencer.”
El discurso de Giulietto revela un cuadro claro y al mismo tiempo escalofriante, la platea y los mismos magistrados han escuchado cuidadosamente sus palabras.

Salvatore Borsellino a pesar de que se ha quedado sin voz toma la palabra agradeciendo a Giulietto, a Giorgio, a la gran cantidad de jóvenes presentes y planteando nuevamente que se cree ese cordón de protección alrededor de sus magistrados. Esos magistrados que con un hilo sutil le reconducen a su hermano Paolo.

“Me pregunto” dice Salvatore “qué podría decir esta noche un ingeniero, el ingeniero Salvatore Borsellino, luego de haber escuchado a tres magistrados como Scarpinato, como Ingroia, como Di Matteo, después de haber escuchado a un periodista con una profunda experiencia internacional como Giulietto Chiesa, que desde hace años está llevando adelante un proyecto político, de lo que tendría que ser la política, no de aquella que es la política de nuestro país, un proyecto político para la movilización desde lo bajo, un proyecto político que pueda cambiar finalmente a nuestro país, que realmente podría hacer sentir ese fresco perfume de libertad que hoy he sentido recordar en este lugar, en el que alguna vez paseamos con mi hermano Paolo. No puedo olvidar además a Giorgio Bongiovanni que es uno de esos periodistas que todavía saben leer, todavía saben escribir, que todavía llevan adelante lo que debería ser el periodismo en Italia, que desde hace al menos quince años, o tal vez más, han seguido llevando adelante la lucha por la verdad y por la justicia. Esa verdad que me avergüenzo de decir,  por diez años me he mantenido en el silencio. No sé que es lo que podría aportar de nuevo esta noche en un evento como éste, por lo tanto puedo decir que lo que puedo aportar, lo que os he traído simplemente es la pasión de estos jóvenes, que han venido de toda Italia, a menudo ni siquiera teniendo el dinero para pagarse el pasaje, a menudo ni siquiera teniendo un trabajo para poder mantenerse en un país como el nuestro, que lamentablemente a estos jóvenes no logra asegurarles un futuro que no sea precario, un futuro que no sea incierto, un futuro que podría llevarles a irse a otro país a buscar lo que no encuentran en el nuestro... os ruego muchachos” continúa Salvatore “no os vayáis, os necesitamos aquí. Hace 40 años yo cometí ese error, me fui a buscar otra ciudad, dejé mi Palermo, dejé mi tierra, dejé a mi hermano y me fui, creyendo que fuera de Palermo encontraría otra ciudad, otra forma de vivir. Me equivoqué chicos, nunca hay que huir de lo que no nos gusta, tenemos que amar aquello que no nos gusta, tenemos que hacer como Paolo, éste es nuestro país, nosotros amamos a nuestro país. No nos gusta nuestro país, pero amar, como dijo Paolo, significa amar aquello que no nos gusta para poderlo cambiar. Es lo que tenemos que hacer, tenemos que luchar por nuestro país, porque es nuestro y tenemos que recuperarlo. Nosotros seguiremos avanzando como podamos, seguiremos gritando, tal como gritamos vuestro deseo de verdad y justicia, estando cerca vuestro” continúa Salvatore dirigiéndose a los magistrados presentes “como hoy están cerca vuestro estos jóvenes que han venido de toda Italia” … Porque os protegeremos idealmente con nuestros cuerpos, con nuestra pasión y también levantando nuestras 'agendas rojas' y las seguiremos levantando, seguiremos gritando nuestro deseo de verdad, nuestro deseo de justicia, nuestro deseo de resistencia, hasta el momento en que, como los mártires de la resistencia lograron vencer, venzamos también nosotros, vencerá también la justicia, vencerá también la verdad. Nosotros lucharemos hasta lo último por ello, os lo juramos, no os abandonaremos”. Salvatore, a este punto muy agotado, envuelto por un afectuoso aplauso pasa la palabra a Giorgio para la conclusión.

“Quería hacer una consideración” dice Giorgio “en base a lo que ha dicho Salvatore y es decir que de todos modos las Fiscalías de Caltanissetta y de Palermo hoy están trabajando y que el viento ha cambiado. Efectivamente es así, creo que los magistrados aquí presentes, a diferencia de años anteriores, hoy tienen la posibilidad de poder trabajar gracias a los responsables de las Fiscalías, en Caltanisetta Sergio Lari y en Palermo Francesco Messineo aquí presente esta noche, que han tenido, según mi punto de vista, la capacidad y la profesionalidad de armonizar la Fiscalía y de conducirla de forma tal que los magistrados antimafia pudieran trabajar serenamente. Éste es un mérito que hay que reconocerle al Doctor Messineo, Y quería decir algo más, para acusar recibo del llamado de Salvatore que es nuestra punta del diamante en este escuadrón y que os dice 'No os vayáis'. Nosotros hemos respondido a este llamado y no nos hemos ido, sino que nos hemos mudado desde la región de Le Marche a Palermo, Antimafia acaba de abrir aquí una redacción suya, nos hemos mudado precisamente en estos días y a este respecto os cuento una pequeña anécdota. Es personal, pero dada la emoción puedo permitírmelo. Tenía diecinueve años, el 3 septiembre del 1982. El otro día, cuando entraba a Palermo trayéndome toda la mudanza, incluida la familia, me acordé que el 4 de septiembre de 1982, al día siguiente del asesinato del General Dalla Chiesa, arrojé y rompí mis lentes contra el televisor y en ese momento dije: “General, te prometo que iré a vivir a Palermo y haré que obtengas justicia”, probablemente sea la frase de un exaltado, obviamente no seré yo quien obtendrá justicia para el General, serán los magistrados, yo podré hacer nada más que mi aporte, pero me detuve en la calle Isidoro Carini y toqué ese asfalto acordándome de esa promesa. Un abrazo a todos y gracias de corazón.”

Así termina la conferencia con las palabras de quien ha dado vida a este evento anual, director de  ANTIMAFIADuemila, estigmatizado, hombre de profunda fe universalmente cristiana, la personificación de la unión (así lo ha bautizado un ser muy querido por todos nosotros), revolucionario social y mentor de sus maravillosos chicos que han encontrado su propia realización en la lucha por el rescate de esa justicia robada a los más débiles y a los indefensos, sintiéndonos una gran familia con todos aquellos que abrazan los valores de la Justicia y la Verdad, conscientes de que únicamente unidos podremos alcanzar verdaderos resultados.


Desde Palermo
Vuestra
Sonia Alea

Sant’Elpidio a Mare, 5 de Agosto de 2011