OPPENHEIMER, ARQUITECTO DE LA ANIQUILACIÓN

openag1 De Agustin Saiz

Conmemoración de las víctimas de Hiroshima junto al Malón de la paz

- Buenos Aires, Domingo 6 de Agosto 2023 -
Mientras la Alemania nazi ejecutaba un exterminio masivo, sobre las poblaciones judías, gitanas y otras minorías étnicas y grupos políticos, acorralándolos en campos de concentración y conduciéndolos a las cámaras de gas, en los EEUU se iniciaba otro. Además del aniquilamiento de las poblaciones civiles de Hiroshima y Nagasaki por medio de las detonaciones de armas nucleares, con el desarrollo de la carrera armamentística y la era atómica, los territorios de las diferentes comunidades nativas de todo el globo fueron diezmados y usados como zonas de sacrificio.

Los países nuclearizados hoy posicionados en el consejo de seguridad de la ONU, todos ellos, cometieron etnocidios, es decir el exterminio deliberado de comunidades minoritarias para poder evaluar el impacto y las consecuencias de las armas nucleares y la industria del uranio en general. Tribus en el Norte de África, del Pacifico, minorías en el desierto de China y el norte de los EEUU, sufren al día de hoy las consecuencias del terrorismos nuclear.
Además cabe mencionar, que los ensayos nucleares elevaron el fondo de radiactividad de todo el planeta y que restos de cesio radiactivo, estroncio y otros radionucleídos fueron depositados como lluvia y pueden ser hoy todavía encontrados en los suelos de cualquier región del mundo y dentro de nuestros organismos. Los expertos aun no son capaces de cuantificar las consecuencias del daño a la salud, ni tampoco tienen estadísticas para abordar un tema aún más complejo, que es el desequilibrio que esto ha producido en la psiquis del hombre moderno.
Este martes 2 de agosto, día de la Pachamama, comunidades aborígenes de la provincia de Jujuy, del norte de la Argentina, conocidas como el “Malón por la paz”, han llegado a Buenos Aires. Luego de recorrer más de 1.500 kilómetros, se han establecido en un acampe frente al poder judicial de la Nación, para elevar el pedido de renuncia del gobernador Gerardo Morales, quien ha emprendió una feroz persecución y caza sobre estas poblaciones para expropiarles los territorios ancestrales, sobre los que se encentra uno de los mayores yacimientos de litio del planeta. Así como alguna vez lo fue el caucho para la industria automotriz, el uranio para el posicionamiento geopolítico de de las elites angloamericanas, hoy el litio es el mineral que se nos presenta bajo el falso relato, otra vez, de un nuevo horizonte de progreso.

openag2 Foto 1 y 2 – Llegada del Malón a Buenos Aires de la paz acompañado por el pueblo.
opag3 Foto 3 – El Malón de la paz se manifiesta frente a la casa de gobierno exigiendo la renuncia del gobernador de Jujuy Gerardo Morales.

En ese marco este Domingo 6 de Agosto, en conmemoración de las víctimas de Hiroshima, pedimos uso del micrófono abierto en el acampe del “Malón por la paz”, que es el lugar donde se establecieron hasta recibir una respuesta concreta del poder ejecutivo nacional. Allí pudimos leer un extracto del texto redactado por Klee Benally y Leona Morgan, ambas lideresas de la comunidades aborígenes de Norteamérica. (1) De este modo cobrando un doble simbolismo para nosotros, intentamos operar como un puente entre las luchas de las comunidades nativas, locales e internacionales, en contra de un mismo colonialismo extractivista, del litio y el nuclear, cuya matriz de dominación es la misma:

“La carrera para desarrollar la primera bomba atómica nunca pudo ser una estrategia de disuasión pacífica, fue una estrategia de dominación y aniquilación. El colonialismo nuclear ha devastado comunidades en todo el mundo y ha dejado un legado mortal de cánceres, defectos de nacimiento y otras graves consecuencias para la salud. En el caso de los EEUU es el lento genocidio de los Pueblos Indígenas. De 1944 a 1986 se extrajeron de las minas en tierras Diné unos 30 millones de toneladas de mineral de uranio. Más de 1.100 toneladas de residuos radiactivos sólidos de la molienda y 94 millones de galones de relaves radiactivos fueron vertidas a los ríos por accidentes. Entre 1951 y 1992 se detonaron más de 1.000 bombas nucleares por encima y por debajo de la superficie en un área llamada Nevada Test Site, en tierras de la tribu Western Shoshone, lo que la convierte en una de las naciones más bombardeadas del mundo. Las comunidades en las áreas alrededor del sitio de prueba enfrentaron una exposición severa a la lluvia radiactiva, que causó cáncer, leucemia y otras enfermedades. Entre 1945 y 1958, se detonaron sesenta y siete bombas atómicas en pruebas realizadas en Ṃajeḷ (Islas Marshall). Algunos pueblos indígenas de las islas han dejado de reproducirse debido a la gravedad del cáncer y los defectos de nacimiento que han enfrentado debido a la contaminación radiactiva…” (2)

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Foto 4 – Lectura de la carta de la comunidades aborígenes norteamericanas en el acampe del Malón por la paz.

Cabe recordar, que en paralelo al discurso de la víctimas del holocausto, a pocas cuadras donde se encuentra el Malón de la paz, casi como una blasfemia o un insulto que profana lo sagrado, los cines de Buenos Aires y todo el mundo, estaban proyectaban en esa misma fecha la película “Oppenheimer”. En ese terrible día, del 6 de Agosto 2023, la maquinaria propagandística de los EEUU difundía una película que nos relata las pocos relevantes “contradicciones morales” del padre del genocidio nuclear, sacando del relato histórico a las víctimas y sus consecuencias devastadoras.

“La devastación del colonialismo nuclear, permanentemente en las comunidades indígenas en todo el mundo, no es entretenimiento. Este es el aterrador legado de la energía y las armas nucleares que defienden películas como Oppenheimer y los engañosos activistas pseudo ambientales, que piden energía nuclear irresponsablemente en el contexto del cambio climático. Los Pueblos Indígenas viven, sufren y continúan resistiendo sus consecuencias todos los días. Por cada segundo que te sientas en el teatro con aire acondicionado con un balde de palomitas de maíz con mantequilla caliente en tu regazo, 18 personas mueren en un abrir y cerrar de ojos. Gracias a Oppenheimer. Por cada minuto que pasa durante las 3 horas de duración de la película, más de 1100 ciudadanos en las ciudades de Hiroshima y Nagasaki mueren debido al arma de destrucción masiva de Oppenheimer.”

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Fotos 5, 6 y 7 – Campaña de concientización en los cines de Buenos Aires sobre las victimas de Hiroshima.

Oppenheimer nunca fue un héroe, fue un arquitecto de la aniquilación. En el reino del hombre blanco, a sus mayores genocidas se los recuerda con aplausos y recaudando dinero para las grandes producciones, con las entradas de los cines.
Que las víctimas del holocausto nuclear a lo largo de más de 75 años, se levanten del sueño eterno en el día del juicio, para condenar a la humanidad indiferente y cómplice, que disfrutó de las mieles del extermino.

Agustin Saiz, 10 de Agosto 2023.

(1) https://www.indigenousaction.org/architect-of-annihilation-oppenheimers-deadly-legacy-of-nuclear-terror/
(2) https://www.facebook.com/agustin.saiz.96/videos/944418643523084 video de la lectura de la carta
(3) Afiche de concientización sobre la película Oppenheimer https://www.indigenousaction.org/wp-content/uploads/Oppenheimers-legacy-poster-color-1.pdf

Adjuntos: