EL FRACASO DEL HOMBRE

De Chiara Linguanotto

Hombre tonto, necio, arrogante, sediento de dinero y poder. Hombre que has basado tus virtudes en el Dios dinero, en la indiferencia y en la injusticia, sembrando desigualdad, sufrimiento y privando de dignidad a gran parte de las personas, "seres humanos”.

Hombre que has elegido dar la espalda y traicionar al Verdadero Hombre, aquél que ha deseado tanto la Creación, tomando un pequeño fragmento de universo, sumergiéndolo y plasmándolo en el amor más puro que existe.

Un hombre Iluminado que habría tenido que ser portador de los valores universales, portador de conocimiento para aumentar su misma conciencia.

¡Como has podido equivocarte tanto!

Como has podido traicionar a quien te ha dado la vida, y que tanto te ha amado de manera pura e incondicional.

Como has podido traicionarte a ti mismo, que llevas en cada célula tuya ese microcosmos del que has demostrado que no eres digno.

No han bastado mensajes de admonición de Sus servidores, de aquellos mensajeros celestes que han venido sobre la Tierra por nosotros, para iluminarnos el camino, para darnos la Verdad, para volvernos libres, para sacarnos del olvido y del abismo, dónde nosotros hombres tontos y estúpidos hemos hecho de todo para acabar.

No ha bastado la sangre que derramó sobre la cruz hace 2000 años ese Ser que exudaba amor y justicia en cada centímetro de piel suya y de la que todos nosotros tenemos todavía las manos sucias de su sangre.

De aquella sangre que habría tenido que acariciar toda la tierra, rociándola de aquella luz dónde nada habría tenido que ser "como antes"... después de tanto sacrificio, después del gesto de amor más gran que todavía hoy no hemos comprendido a fondo.

El hombre sigue perseverando en su error, sin un mínimo de arrepentimiento, sin un mínimo titubeo o preámbulo, orgulloso de su erudición, creyéndose ser el hombre-Dios que todo lo puede...

El hombre-Dios tenía que existir de verdad por voluntad divina, pero hemos cometido una torpeza monstruosa no entendiendo el verdadero sentido espiritual que tenía que tener.

Hasta tal punto ha tenido que llegar el Espíritu de la Madre Tierra para parar a este virus cancerígeno, llamado hombre, portador de muerte en cualquier lugar donde se posen sus ojos y portador de veneno en cualquier cosa que toque.

La Madre Tierra ha tenido que crear un virus para combatir al hombre-virus.

A este punto hemos tenidos que llegar.... Un pequeño ser microscópico que ha paralizado todo y todos en pocos días.

El sistema que el hombre virus con tanta tenacidad ha querido, incluso jugándose toda su existencia, el cielo lo ha desmantelado en pocos segundos. Todo parado, todos en casa, todos a reflexionar y pensar....

¡Lo que la Madre Santa les ha pedido a sus hijos con amor y paciencia, suplicándonos que redimensionemos nuestra vida, convirtiendo nuestro espíritu a Dios, cambiando la prioridad de nuestra existencia, ahora la Tierra lo pretende por la fuerza.... El tiempo de la paciencia se ha acabado también para ella... ¡Esta es la verdadera potencia! La que nos hace comprender que nosotros sin el respeto armonioso de las leyes universales, que regulan el todo, nosotros no somos nada. Quien nos ha engendrado puede destruirnos en un pestañear, sin siquiera darnos el tiempo de decir: ¡PADRE PERDÓNANOS!!!

Pocos han querido acoger, sentir, aceptar, las palabras de esa rosa, esa voz que desde hace 30 años grita en el desierto.

Aquella voz tan verdadera y llena de un amor desbordante, que sólo tu espíritu puede percibir, porque tu mente nunca no podría hacerlo....

Aquella voz tan potente y sedienta de justicia, en un cuerpo atormentado, lleno de sufrimiento, que está todavía aquí para todos los que la buscan desesperadamente, que no se ha resignado nunca a plegarse a aquellos falsos valores que esta sociedad enferma ha querido imponer para ser aceptados y no discriminados porque son diferentes.

Gracias Madre Tierra, porque has hecho lo que habríamos tenido que hacer nosotros, hombres viles y cobardes.

Gracias Padre Sol, porque haces que mi espíritu pecador sea todavía digno de sentir Tu luz que ya impregna cada célula mia.

Gracias querido a Giorgio por tu sacrificio cotidiano, incorruptible, incansable en demostrar en todo momento lo que significa amar, humildad, coherencia, justicia en todo lo que tus santas manos tocan.

Gracias Giorgio por haberme enseñado lo que significa dar la cara para llevar adelante día tras día, combatiendo como un guerrero, las causas en las que crees.

Eres el ser más maravilloso, que la vida podía poner en mi camino.

Te amo con locura desde siempre y mi espíritu se ha unido a ti de forma indisoluble, te amo en esta vida y por la eternidad.