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sara200
DEL CIELO A LA TIERRA

MARAVILLOSO CIELO,
REBOSANTE DE ESTRELLAS, DE MUNDOS, DE CIVILIZACIONES EVOLUCIONADAS QUE AMAN LA VIDA EN TODAS SUS MANIFESTACIONES Y ADORAN AL CREADOR DE TODO: POIMANDRÉS, PASTOR DE HOMBRES, MADRE Y PADRE DE TODAS LAS COSAS. EL CREADOR DE LOS DIOSES Y DE LOS HOMBRES.
MARAVILLOSO CIELO,
QUÉ ESTALLA DE PASIONES, SENTIMIENTOS, COLORES, VIDA.
EL AMOR MÁS GRANDE DE TODOS LOS AMORES VIAJA CONTINUAMENTE A LA VELOCIDAD DEL PENSAMIENTO Y DISFRUTA CON SUPREMA ALEGRÍA DE GALAXIAS, SISTEMAS SOLARES, PLANETAS, COMETAS, PUERTAS DIMENSIONALES (AGUJEROS NEGROS) METEOROS EN UN INIFNITO SIN FIN EN EL QUE VIVE Y OBRA LA GRAN CONFEDERACIÓN INTERESTELAR GOBERNADA POR LOS DIOSES DE TODOS LOS SOLES. LOS PADRES DE LA PATRIA DE TODOS NOSOTROS: EL COSMOS.
MARAVILLOSO CIELO.
SARA, JOVEN ALMA DEL UNIVERSO,
TE ABRAZO CON FRATERNO AMOR.
PARA SERVIR A MIS HERMANOS DE LA TIERRA.

NIBIRU ARAT RA.

PLANETA TIERRA
21 de agosto 2019. 20:01 horas

¡Maravilloso Cielo!
Por Sara Tomarelli

Abraza la vida en todas sus formas como una manta, segura y reconfortante. Es como el abrazo de una madre para un niño. Es el trasfondo tranquilizador de todas nuestras acciones, de todos nuestros pensamientos.

Es como un hermano mayor que nos consuela y nos comprende y se viste de colores diferentes para acompañarnos en nuestras emociones.

El azul exalta el Sol que se recorta orgulloso y sonriente sobre la Naturaleza y la nutre.

De esta forma la Naturaleza palpita y vibra de energía vital en un triunfo de respiros que nutren a su vez al Creador.

El cielo claro alegra las almas como un regalo inesperado.

El Cielo gris nos amonesta. Reprocha al hombre por sus acciones y sufre, llorando lágrimas dulces y llenas de amor que sacian la Tierra y siguen donando la Vida, demostrando siempre su inmenso amor.

El azul oscuro de la noche obliga a los espíritus a estar lejos de la Luz para ponerlos a prueba. Es el tiempo de retener las energías, dejarlas fluir dentro de los pensamientos, es el tiempo de probar los corazones y las mentes. El tiempo de perderse o despertar. Tiempo de decisiones.

La oscuridad como un viejo amigo fiel nos toma de la mano y nos conduce por la senda que elegimos.

El Cielo vestido de zafiros encierra la magia y el misterio del Amor, es una alfombra que deja la Tierra en la sombra pero manifiesta toda la Creación.

La luz se apaga y se abren las puertas a la Verdad, enésima prueba de la generosidad del Padre para comprender su Grandeza.

La noche celebra y desvela la inmensidad para despertar los espíritus humanos del hielo.

Así el Cielo se engalana de brillantes dorados, pequeños fuegos de esperanza ardientes de amor.

Pequeñas perlas brillantes que embellecen la tela oscura de bordados preciados, moradas preciosas de Paz y Justicia, dónde Amigos, hermanos y Maestros están concentrados en bailar en el eterno y sublime juego del Creador.

Siempre pienso en aquellos mundos lejanos y la maravilla invade mi cuerpo y mi mente.

¡Como quisiera visitar esos lugares, como quisiera conocer a los Seres que habitan allí!

Todas las noches levanto la mirada y empiezo a buscar con esperanza y amor algún destello errante, que pueda dar calor a mi corazón, que pueda inundarme de felicidad...

Soy pequeña bajo el Cielo, me siento desorientada pero nunca sola.

Escruto el espacio infinito encima de mí, mi mirada se pierde. Es demasiado vasto y mis ojos se mueven veloces, frenéticos, deseosos de ver y captar el Todo en un instante.

Me siento abrumada. Alejo la mirada por un instante e intento mirar de nuevo.

Nada... parece todo quieto, inmóvil, apagado.

La luz de la Luna es la única cosa que veo, un claro, familiar que da seguridad. Pero he aquí que inicia a encenderse algo. Un destello se despierta y luego otro y otro más.

Los ojos se acostumbran a la oscuridad y me desvelan la pintura más bonita, poco a poco el firmamento.

Un espectáculo único, que derrite el corazón cada vez, cada tarde.

Entonces me olvido del por qué miraba el Cielo, me olvido de lo que estaba buscando y de lo que me esperaba.

Me pierdo maravillada y un calor nace del corazón y fluye por el pecho.

Las naves estrelladas esta noche no se han mostrado. Los amigos del Espacio no han surcado mi cielo.

No importa. Siento que las lágrimas quieren salir, prepotentes, entonces cierro los párpados y dos pequeños arroyos hacen brillar mi cara enrojecida por el frío. En un santiamén consciente entiendo que el Cielo les ofrece a los Hombres toda Su bondad, Su verdad y Su amor y lo hace incondicionalmente. Está siempre allá arriba para todos nosotros, y cada noche prodiga los mismos tesoros. Pero son pocos los que ven realmente y captan esas joyas y adornan el espíritu.

Inicialmente la paleta parece carecer del color oro, pero si insistes, si miras con amor y humildad, verás que los primeros frutos brillantes empiezan a mostrarse. Si crees y operas en su Verdad, poco a poco el Cielo mostrará todo su Resplandor para recompensar tu lealtad.

No es avaro el Cielo, no lo es nunca.

Siempre te corresponde en un dulce remolino de abrazos, donde todos reciben y donan.

Es así que comprendo que es esto lo que busco cada noche, cada vez que dirijo mi mirada hacia el espacio infinito. No necesito el ver nada más para ser feliz. El verdadero estupor ya está alrededor de mí, sobre mí. El hechizo más bonito es la conciencia de estar viva, de ser parte de lo eterno, existir en Dios y ser un pequeño instrumento suyo.

Sonrío y un veloz resplandor plateado captura mi atención.

Un instante precioso que sella un amor.

Gracias Hermanos.
Sara Tomarelli
21 de agosto 2019

nibirusara