Esta página web utiliza cookies de carácter técnico propios y de terceros, para mejorar la navegación de los usuarios y para recoger información sobre el uso de la misma. Para conocer los detalles o para desactivar las cookies, puedes consultar nuestra cookie policy. Cerrando este banner, deslizando esta página o haciendo clic sobre cualquier link de la página, estarás aceptando el uso de las cookies.

Adriana200Por Adriana Gnani

Lucho, combato con todas mis fuerzas 

porque creo en la vida. 

Lucho por las cosas que amo. 

Lucho hasta que no tenga más aliento 

y luego respiro profundamente y vuelvo a luchar. 

En ciertos momentos el miedo quiere entrar, 

entonces cierro los ojos y sueño. 

Yo creo en los sueños, me vuelvo a levantar y lucho para que se hagan realidad. 

Lucho para que el amor que tengo dentro se multiplique cada vez más, para que se convierta en una arma que logre combatir contra las fuerzas que nos quieren aplastar. 

Lucho y sufro tratando de no rendirme nunca. 

Trepo con las manos, con las uñas, porque sé que mañana será un día mejor. 

Lucho para construir mis sueños. 

Y… cuando las cosas no van como tendrían que ir, sonrío, sonrío a la vida, sonrío a los problemas y pienso: “Me están quitando todo pero todavía tengo aliento, todavía tengo un corazón, todavía te tengo a ti buen Dios y sonrío”. 

Lucho conmigo misma cuando me equivoco, y pido perdón prostrándome a Tus pies, tratando luego de perdonarme por el error cometido aunque no es fácil sanar dentro de mi la herida que este sufrimiento ha provocado.  

Intento siempre seguir mi corazón porque lo que se hace con el corazón no tiene precio. 

Lucho, grito, lloro, vivo intensamente todas las emociones. 

Intento darle un sentido a mi vida cada día, sin desperdiciar ni siquiera un segundo. 

No vivo por mí misma, sino que trato de dar un poco de mí misma a quien está a mi alrededor. 

Lucho con los muros de la esperanza que se están desmoronando. 

Me acerco, me pongo de rodillas para recoger los ladrillos y ayudo a reconstruir  el muro haciéndolo más fuerte. 

Vivo una vida humilde, basada sobre sanos principios del ser humano, no dejaré nunca de buscar respuestas a todas mis preguntas, porque si creo en ello un día las encontraré. 

Intento siempre cuidarme y tener respeto por lo que el buen Dios me ha ofrecido "vivir", intentando devolvérselo junto al fruto de sus talentos que me ha donado. 

Sufro mucho porque esta realidad duele, niños que nacen y no saborean las alegrías de la vida porque no tienen a nadie que les tome de la mano. 

Adolescentes perdidos, casi como si hubieran perdido la memoria. 

Mamás. Representadas como el fuego del hogar que ya no tiene más leña para arder. 

Ancianos. Qué deberían ser nuestras enciclopedias de experiencia sobre la vida, han perdido sus páginas que este mundo les ha arrancado. 

Ya casi no hay más una salida para este mundo malsano. 

Entonces cierro los ojos, me imagino que vivo dentro de un cuento, y como en todos los cuentos hay un héroe que al final vence y trae la armonía, la luz, el amor. 

Entonces abro los ojos y sigo con mi cuento, luchando y esperando a ese guerrero. 

Lucho y lucharé. 

Una combatiente por el amor. 

Adriana Gnani

14 de Marzo 2019