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testa 2016enespañol

papasPor Claudio Rojas G.

Uno de los tópicos del mensaje de Fátima habla del Cisma de la Iglesia (“… cardenales se oponen a cardenales y obispos a obispos…”). La palabra apostasía viene del Latín apostatāre que significa “permanecer apartado de” o “desertar”, “abandonar”, es “el rechazo total de la fe cristiana”. Si es así y somos literales en los términos, la Apostasía comenzó en el siglo IV, cuando el emperador Constantino, primero dejó de perseguir a los Cristianos- El Edicto de Milán (en latín, Edictum Mediolanense), conocido también como La tolerancia del cristianismo, fue promulgado en Milán en el año 313 y en él se establecía la libertad de religión en el Imperio romano, dando fin a las persecuciones dirigidas por las autoridades contra ciertos grupos religiosos, particularmente a los Cristianos, quienes antes de eso se escondían y reunían en las cuevas. Y fue así que Constantino decidió convocar, el 20 de mayo de 325, en Nicea, a alrededor de 300 obispos, una ciudad oriental (hoy Iznik-Turquìa) fue la sede del primer verdadero Concilio Ecuménico reconocido por todas las Iglesias; fue a partir de este Concilio, que el Cristianismo original pactó con el poder y comenzó a desvirtuarse, entonces comenzó la Apostasía de la Iglesia, que eliminó las enseñanzas de Cristo y las transformó en ritos, para que la gente se mantuviera ignorante y fuera fácil de controlar. Así empezó entonces la Apostasía de la Iglesia que dura hasta hoy y que creo que culminará con el Cisma que la dividirá y purificará de la mano de la Tribulación, antes de la Segunda venida de Jesucristo.

En la actualidad, la Iglesia católica se halla dividida por culpa de la lucha que libran conservadores y progresistas, comparable a la batalla en la que se enfrentan los ángeles en El paraíso perdido, de Milton. ¿Quiénes representan el poder de la luz? ¿Quiénes el de la oscuridad? La respuesta depende de quién consideremos que tiene razón en los virulentos ataques que se lanzan, así como en las proclamas de los medios de comunicación católicos. En el progresista National Catholic Reporter, Nancy Enright, experta en Estudios Católicos, comentó que Francisco se acerca “a Jesucristo con su mirada misericordiosa a los millones de personas que tanto la necesitan”.

El detalle que hace que este cisma en la Iglesia sea más serio y mucho más peligroso que las disputas habituales es el hecho de que existen dos papas, ambos residentes del Vaticano, cada uno con sus fieles y vociferantes seguidores. Los progresistas tienen a Francisco, y los conservadores a Benedicto XVI. El pontífice que actualmente ostenta el cargo es Francisco, pero Benedicto se niega a desaparecer.

En 2013, de forma inesperada, Benedicto renunció al papado y fue el primer pontífice en tomar semejante decisión desde hacía casi 600 años. Después no se retiró, como muchos creían, a un recóndito monasterio bávaro. Se quedó dónde estaba y siguió recibiendo el título de su santidad, no se quitó la cruz pectoral del obispo de Roma, siguió publicando textos, siguió aumentando su legado, siguió reuniéndose con cardenales, siguió realizando declaraciones. Su mera presencia anima a los críticos conservadores que quieren minar el mandato de Francisco.

Las hostilidades alcanzaron cotas desconocidas el pasado mes de agosto, mientras el actual pontífice visitaba Irlanda. El arzobispo Carlo Maria Viganò, nuncio papal en Washington y destacado conservador, difundió una carta en la que acusaba a Francisco de hacer la vista gorda con los abusos sexuales y en la que lo instaba a renunciar. La acusación más grave de Viganò es que Francisco anuló las sanciones que Benedicto impuso al cardenal estadounidense Theodore McCarrick, a quien culparon de abusar sexualmente de seminaristas adultos y de un monaguillo. (McCarrick lo niega). El Vaticano tardó seis semanas en responder a la carta, aunque a Viganò no le cupo duda de que Francisco hablaba de él cuando les pidió a los católicos que rezaran a la virgen María y san Miguel Arcángel para que “protegieran a la Iglesia del demonio, que siempre aspira a separarnos de Dios y a dividirnos”. Cuando el Vaticano lanzó un comunicado en el que aseguraba que las acusaciones de Viganò eran “falsas, blasfemas y aberrantes”, y de motivación política, la popularidad de Francisco en Estados Unidos ya había bajado al 51%, 19 puntos menos que en enero de 2017.

Cuesta reprocharles a los defensores del pontífice actual que se muestren escépticos ante la indignación de los conservadores por la forma en que el papa gestiona los abusos sexuales. Francisco se esfuerza mucho más que Juan Pablo II o Benedicto en reconocer que la Iglesia católica tiene una vergonzosa responsabilidad en los escándalos que han surgido en todo el mundo a lo largo de las últimas décadas.

Sin embargo, la escisión entre los fieles a Francisco y los insurgentes de Benedicto amenaza con provocar el mayor cisma en la Iglesia católica desde la Reforma del siglo XVI, cuando Martín Lutero y otros devotos reformadores encabezaron la revuelta protestante contra el Vaticano.

Se habla en el Tercer secreto de Fátima de un Papa que sería el obispo vestido de blanco quien subiría a una colina entre cadáveres de mártires y será asesinado allí. Cuesta creer que en ese escenario sea uno de estos dos y el otro patrocine el asesinato. Más bien me inclino a creer que estas disputas entre progresistas y ortodoxos, sirven a Satanás que gobierna la Iglesia y el mundo, para promover este cisma. Sacar al más fuerte del camino con una presión cada vez mayor hasta que se haga insostenible, y allí sacarlo del camino matándolo en realidad o dándolo por muerto; instaurar el Antipapa (que en la Biblia es llamado el falso profeta y es quien nos obligará a adorar al Anticristo), que será decisivo en el correr del desarrollo del Apocalipsis, porque éste será un hombre de la Curia, que sea hasta lógica su elección, será por lógica alguien del sector más conservador, que aparentará ser católico ortodoxo, pero en realidad debería ser un masón de los tantos infiltrados que hay, y cuyo primer objetivo será destruir la Eucaristía, destruyendo la presencia de Cristo en ella. ¿Cómo hará esto? Revisemos algunos pasajes de la Biblia:…

2 Tes. 2:3 Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, ...se refiere a que el retorno de Jesucristo no se producirá sin que antes se manifieste el Anticristo… 2Tes.2:4 el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios. Es evidente que se trata en este pasaje del Anticristo y no el falso profeta… 2Tes. 2:6 Y ahora vosotros sabéis lo que lo detiene, a fin de que a su debido tiempo se manifieste. 2:7 Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio. ...Habría que preguntarse que lo detiene a fin de que a su debido tiempo se manifieste? ... no será la presencia de Jesucristo en la Eucaristía lo que detiene su manifestación? …y tendría que ser quitado de en medio de acuerdo a este pasaje para que pudiera manifestarse sin oposición teológica. La pregunta que se deriva de esto es como podría el promotor del Anticristo que es el falso profeta –quien hace adorar al anticristo a los habitantes de la tierra (Apoc.13:14)- eliminar la presencia de Jesucristo en la Eucaristía. No encontramos en el Nuevo Testamento nada al respecto, pero Daniel nos da luz al respecto ... Daniel. 12:9 El respondió: Anda, Daniel, pues estas palabras están cerradas y selladas hasta el tiempo del fin. 12:10 Muchos serán limpios, y emblanquecidos y purificados; los impíos procederán impíamente, y ninguno de los impíos entenderá, pero los entendidos comprenderán. 12:11 Y desde el tiempo que sea quitado el continuo sacrificio hasta la abominación desoladora, habrá mil doscientos noventa días. ...Entonces cabe preguntarse… ¿cuál es el continuo sacrificio? ...acaso no es la transustanciación que se verifica en forma continua en la Eucaristía, algo que ha sido un regalo de Nuestro Señor que se da, se regala permanente en sacrificio por amor en forma periódica y muy pocos lo creen. Esto es lo que el falso profeta eliminará en la ceremonia eucarística de manera que Cristo ya no se manifieste allí, con ello creerán darle el paso libre al Anticristo para su manifestación donde tendrá un poder extraordinario y adicional a los 100 años que tuvo Satanás. Veamos que nos dice la Biblia…

Apoc. 13:5 También se le dio boca que hablaba grandes cosas y blasfemias; y se le dio autoridad para actuar cuarenta y dos meses.

13:6 Y abrió su boca en blasfemias contra Dios, para blasfemar de su nombre, de su tabernáculo, y de los que moran en el cielo.

13:7 Y se le permitió hacer guerra contra los santos, y vencerlos. También se le dio autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación.

La pregunta que no puedo dejar de hacerme es como estos Papas, que sabemos que no son enemigos entre sí, pueden a través de sus seguidores llevar a un Cisma a la Iglesia Católica que será determinante en el curso de los eventos futuros?

Claudio Rojas G.

24.02.2019

https://www.revistavanityfair.es/poder/articulos/papa-francisco-i-vs-benedicto-xvi-abusos-blanqueo-vaticano/36381

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