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testa 2016enespañol

giovannininioPor Giovanni Bongiovanni

Felices Navidades de Giovanni Bongiovanni en nombre de Funima International

Queridísimos amigos:

Hemos llegado al final de otro año y pronto celebraremos la Santa Navidad y el comienzo del “nuevo”, entendido no solo como un año, sino come una renovación de nosotros mismos.

Vivo siempre este periodo con mucha intimidad, cuando estamos sentados en familia alrededor de una mesa, o cuando nos ponemos de pie tomándonos de la mano antes de rezar, y miro a los ojos de cada uno de ellos. A menudo les veo con la cabeza inclinada como en un momento de recogimiento y con los ojos mirando hacia arriba como pidiendo ser escuchados. No puedo hacer lo mismo, y en esos momentos me veo mirando en lo profundo de sus miradas. Instintivamento me siento de dedicarles un pensamiento y rezo para que se cumpla y por su felicidad. Después sucede que alzo la mirada también yo, o me parece que lo hago, y en ese momento me dirijo al cielo y mi pensamiento va a todos vosotros, en los que deposito la Esperanza.

De que tú puedas sentirte vivo de verdad, y no caer en el oblio de la apatía; vivir como vive un hombre a quien  se le está acercando la muerte como un soplido, y que después se siente renacido y vuelve a apreciar cada matiz de la vida y la belleza de las cosas sencillas. Como los niños. Pero para ello tenemos que vivir en los valores, sentir que arde la llama de la pasión en nuestro pecho por la justicia, el amor, la fraternidad, ser capaces de sentir las dificultades del prójimo como si fueran nuestras y escandalizarnos. Como los niños. ¡Para después entrar en acción!

Mi esperanza está en ti que sostienes, que haces, que te dedicas… que tú puedas sentir la importancia del trabajo que desarrollamos, del compromiso que hemos tomado con todas las familias de mujeres y hombres, con las comunidades a las que ofrecemos nuestra ayuda. Con la sociedad a la que hemos prometido no bajar los brazos, que haremos nuestra parte para las futuras generaciones y para salvaguardar nuestro planeta. Tenemos que defender el valor de lo que somos, así como el valor de lo que hacemos, empezando por nosotros mismos. Para no abandonar los remos, para no pensar  ni siquiera por un instante que FUNIMA International puede seguir adelante sin ti, para no dejarla sola en su misión, porque es también la tuya, porque todos nosotros formamos el CUERPO de FUNIMA. FUNIMA International nos necesita y nosotros la necesitamos a ELLA para obrar, para dar nuestro aporte a una obra a favor de la vida. No solo beneficiencia sino hacer algo para mejorar definitivamente la vida de las personas que viven en nuestro planeta, si no nosotros seremos cómplices, por no haber hecho nada, por no habernos preocupado de cambiar las cosas, para mejorarlas. Mi esperanza es que pueda crecer en ti un fuerte sentimiento de pertenencia a algo importante que hemos creado hace 13 años. 

En estos 13 años he trabajado como coordinador de la asociación con profunda dedicación. ¡Todavía recuerdo cuando fundamos FUNIMA International con mi familia y algunos amigos… acababa de regresar de mi primer viaje a Latinoamerica, cuando decidimos dar vida a todo esto! Entonces tenía 20 años y los Andes argentinos fue el primer lugar donde he estado. El mes pasado, volví de nuevo, con 33 años, un nuevo viaje de misión en los Andes junto a mi colega Sonia, su hijo Maurice de 12 años y un grupo de amigos operativos de la ciudad de Gubbio: Gabriele y Claudia, Riccardo y Sara, Luigi y Francesca. 

De aquel primer viaje "histórico" siento todavía las mismas emociones… en aquella tierra mágica donde la conexión entre cielo y tierra está viva. Hasta 4000 metros sobre el mar, el cielo lleno de estrellas, sin tecnología ni conexión con las poblaciones, nada de tráfico, ningún ruido, sólo el Silencio. La Naturaleza.  

La historia de los nativos de los Andes, de las civilizaciones antiguas es una historia rica y fascinante. Estamos en un pueblito de Santa Rosa de Tastil, hay sólo algunas ruinas pre Incaicas de una población que observaba y creía en el cielo. Luego, todo alrededor, por muchos kilómetros, familias, comunidades, aldeas, casas esparcidas, mucha gente, mujeres con niños que te preguntas como puedan sobrevivir en este entorno tan hostil. Frío intenso, caliente seco, sin agua, poca comida, ninguna comodidad ni medios para desplazarse, largas caminatas para cualquier cosa que se necesite, para criar a los animales que crecen con dificultad. Una vida social que es  impensable para nosotros con respecto al frenesí de los input que estamos acostumbrados a recibir. Lejos de cualquier información del mundo, aislados. 

En cambio aquí nosotros hemos encontrado refugio de nuestro mundo que viaja a una velocidad loca. Hemos descubierto que se puede ser mucho más humanos, y que el bienestar de nuestros países, occidentales, simplemente ha arruinado el espíritu dejándonos poca felicidad. Son las primeras impresiones que se perciben cuando llegas a estos lugares. Sensaciones que pueden generar una forma de dependencia cuando volvemos a casa, si no somos lo bastante firmes o si no se tienen motivos importantes para volver a casa. Yo tengo un motivo inmenso: una niña de un año que no veo la hora de abrazarla de nuevo y de verla crecer con su mamá, y tengo aquí mi trabajo en la asociación y la conciencia de la responsabilidad que tengo. Pero cuando tenía 20 años, fue más duro en mi primer viaje. Entonces sè lo que sienten los otros chicos que han venido conmigo y han vivido su primera experiencia. 

En estos lugares… nos hemos comprometido a no olvidarnos nunca de lo que hemos visto y de lo que hemos empezado a hacer con la fundación local dirigida por la familia de Ramón, Sandra, Analia, Camila y Leandro que nos han hospedado y con los que hemos trabajado codo a codo todos los días, en primera línea junto a los voluntarios. Miguel y su compañera de vida Delia, con 5 hijos, nos han hablado de su vida difícil; los 15 colaboradores de la ciudad de Salta con quienes hemos cenado juntos y nos han dado las gracias por la enorme ayuda que les estamos dándo, los chicos con discapacidades, para los que hemos construido un lugar más confortable sin barreras, Franco y Jesús con la mamá Ana y sus familias, la bonita Suleiman de 19 años con su hijo José que hemos conocido en los Andes y les hemos llevado comida y reserva de agua, y además... los mil niños que hemos encontrado en la "puna salteña", los Andes salvajes, que hemos vestido con zapatos, pantalones y jerseys. Antonio, Maria, Manuel, Laura, Carlos, Ángel, Lucía, Sergio, los pequeños de la escuela primaria del pueblito de Santa Rosa de Tastil, Las Cuevas, del paraje "Ingenier Mauri" de la escuela "Don Augusto Carlos Torino". La maestra Laura de la escuela de El Palomar.

A ella le hemos prometido que completaremos la construcción del centro sanitario del pueblito; nos ha hablado del grave problema de la falta de asistencia sanitaria básica y ginecológica, se da a luz sólo en casa. Los directores Roberto, Laura y Lucía que he entrevistado, a quienes hemos entregado reservas de alimentos y nos han contado que los niños recorren 2, 3 horas de camino para ir a la escuela todos los días, con todas las dificultades ambientales y la falta de agua. Los amigos de la comunidad "Pacha Inti" Diego y Roberto con sus familias, por ellos completaremos la red hídrica, proyecto "Mama Cocha", para llevar agua a las casas de las 20 familias, la abuela Felisa que vive apartada entre las montañas, a la que hemos arreglado la casita y regalado una cama nueva. Y los cientos de personas más… no recuerdo todos los nombres, pero sé que hemos entregado kg. de alimentos, ropa, agua y juguetes y he prometido volver y llevar a cabo juntos proyectos para poder tener una vida más decorosa, con profundo respeto por su cultura y sus tradiciones. 

Éstas son las promesas que hemos hecho, los compromisos que nos hemos tomado en nombre de todos o bien, de la comunidad, de la red de FUNIMA International formada también por hombres, mujeres y niños, nuestros hijos, todos unidos para ayudar, para mejorar, para cambiar, para dar nuestro aporte a las familias de los nativos de los Andes, considerados los últimos de la sociedad, discriminados porque son de una raza y una cultura diferentes, dónde nadie invierte porque no hay ganancia económica, excepto que en la explotación de los recursos mineros que hace ganar millones de millones pero sólo a las multinacionales, dónde la corrupción se come las migajas de los Fondos públicos que pudieran llegar. ¡Aquí, hoy, estamos nosotros! Con muchas ideas y proyectos que ya hemos realizados y otros están en curso, y queremos continuar y hacer cada vez mejor. 

Quiero remarcar por lo tanto la importancia que tenemos cada uno de nosotros, y dedicarte un enorme agradecimiento por tu esfuerzo y tu generosidad. La solidaridad que hemos recibido en este viaje, los chat que nos llegaban todos los días a nuestra página, nos han llenado el corazón porque veíamos todo el interés, la dedicación y la participación que hay. Las donaciones que recibimos nos dieron inmediatamente la posibilidad de hacer proyectos y hacerlos concretos enseguida. Gracias y mil gracias en nombre de todas las personas que he mirado a los ojos y que me han dicho "vosotros no estáis realizando proyectos, estáis haciendo realidad los sueños para esta gente". 

Ahora que soy padre siempre pienso en mi hija, el ser que más amo, pienso en el valor que daría a un litro de agua, si tuviera sólo esa a disposición para saciar su sed y para lavarse… un valor inmenso en cada gota, y así puedo entender, en lo profundo, las palabras de estas personas cuando hablan de sueños hechos realidad. 

Para profundizar más sobre este viaje, los proyectos en curso y todas las informaciones sobre la situación local, te invito a que leas mi diario "Trip to Argentina", que mientras estás leyendo ya estará online en la página web funimainternational.org o en mi página Facebook, me encontráis como Giovanni Bongiovanni (FUNIMA International). 

Quiero transmitirte para terminar una filosofía que inspira mi espíritu, la de Giordano Bruno. ¡Para cambiar el planeta hace falta empezar por el hombre! El planeta se está transformando y la ciencia de Bruno es la ciencia del futuro, conciencia de las infinitas potencialidades del ser humano y, sobre todo, de su inmortalidad. Anuncia el nacimiento del hombre nuevo, libre de tabús y miedos, capaz de recibir y de reflejar en sus obras todo el mensaje vital, es decir crear un nuevo mundo de paz y de verdadera justicia. Bruno revela el papel central de protagonista que tiene el hombre en el Proyecto cósmico, prevé los tiempos actuales y el acontecimiento que restablecerá "el antiguo rostro": el despertar del hombre a la conciencia de la infinita y verdadera realidad, el amor. 

Y con esta pequeña digresión interior quisiera que nos dejemos con una promesa recíproca de unión. A los jóvenes que nos siguen y que necesitan ver ejemplos positivos y coherentes; a nuestros seres queridos, a nuestras familias, a quien sufre, a los niños a los que entregamos comida, agua y vestidos; a nuestros hijos que nos ven trabajar por ellos, a las personas enfermas que curamos, aquellos a los que damos una palabra de consuelo y un abrazo, a los niños y a sus padres que intentamos educar para ayudarlos a criar mejor a sus hijos, a quienes enseñamos el respeto por la vida, la suya y la de los demás, a las comunidades de personas que viven en una situación de abandono e indigencia; pero también a nuestros padres que nos ayudan, o que a veces parece que no comprenden nuestras elecciones de vida, a los amigos que nos siguen y a los que por esto se han alejado, a las personas del barrio que nos miran y no se explican por qué lo hacemos, a quién no piensa como nosotros, a quien es indiferente, a quien está en contra y promueve opresión y deterioro. 

A todos ellos les prometemos seguir trabajando con empeño en esta gran obra, porque los grandes resultados se ven después de un largo trabajo constante y coherente. Todos saldrán favorecidos de ello, quién está con nosotros y nos ayuda, quién recibe y nos enriquece, y quién no está con nosotros pero pronto lo estará. 

Pero más que nada nos favoreceremos a nosotros mismos, para poder estar orgullosos de haber vivido una vida con pasión, fieles a los valores, y de haber promovido la vida hasta nuestro último respiro, tratando de imitar humildemente a nuestro señor Jesús Cristo, que nos hace resucitar a una nueva vida cada día. 

Con este flujo de pensamientos y emociones vivo la Santa Navidad y me siento honrado de poder compartirlo contigo. Gracias por la positividad que pones en lo que haces, en la vida y en el empeño humanitario.

¡Felices fiestas!

Giovanni Bongiovanni

FUNIMA International

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