Festejamos su nacimiento pero no ponemos en práctica sus enseñanzas, no valoramos su sacrificio y nos convertimos en esas personas que lo escupían, insultaban y golpeaban cuando el Cristo caminaba entre la multitud cargando su Cruz, derramando a cada paso su sangre por nosotros, por eso pregunto ¿hay algo para festejar?
Su madre hoy está triste, la humanidad perdió la Fe, ay de nosotros pobres mortales que no tenemos temor a Dios, solo se oirán llantos y rechinar de dientes en retribución a nuestras vidas malvadas, por eso me pregunto ¿hay algo que celebrar este 24 a la noche? ¡Yo creo que no!
Su rostro sufrido, su amor de madre traicionada, nos dice: “El fuego eterno de la purificación está en acción, la misericordia de Dios ha decidido que este es el tiempo por los justos, por los mansos de corazón y por los mártires que derramaron su sangre en esta tierra que fue pisada por la manifestación más directa de Dios hacia los hombres, mi hijo el Mesías, nuestro y vuestro Cristo, a quien pido por vosotros duros de corazón y dormidos de espíritu. El tiempo es hoy, el tiempo ha llegado, ¡estad atentos! Benditos de mi hijo ustedes que ven y escuchan, serán parte del nuevo reino y la nueva tierra prometida por el santo espíritu de mi hijo…”
Nosotros olvidamos el porqué existimos y vivimos la vida sin vivirla, Navidad para los hombres y mujeres del planeta tierra significa comer bien, vestirse bien, divertirse al máximo, descontrol, entregarse a toda clase de consumismo colectivo, es ver como Sodoma y Gomorra resurgen entre las cenizas y toman el control del mundo y así nuestra individualidad espiritual se termina, esto somos hoy, en esto es en lo que la humanidad se ha convertido caminando alocadamente hacia su auto destrucción.
Con Amor