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foto saro100Por Saro Pavone

Domingo 25 de Junio de 2017. Monte Sona, Volcán Etna (Sicilia – Italia)

Sabía que muchos, por diferentes motivos, no podían estar presentes pero igualmente confiaba en el hecho de que pudiéramos tener una reunión provechosa si la Providencia así lo disponía.

En realidad, quien tenía que estar estaría.

Entonces nos encontramos arriba con Marco y su mujer Giusi, el joven Francisco y su padre Alfio.

Subimos hasta la zona del volcán y recorrimos los bordes del cráter apagado. Nos detuvimos frente a la casilla de control de incendios de los guardaparques. El tiempo era hermoso, el calor era relativo y muy soportable, pero lo que era insoportable, al menos en los primeros momentos, era la terrible... flotilla aérea rural de mosquitos...

Comenzamos a conocernos entre nosotros y todos quedamos prendados por el paisaje... la vegetación, los colores, la paz, que nos están ayudando a calmar nuestras almas y a predisponerlas al intercambio de palabras y sentimientos.

Es una hermosa sorpresa escuchar a Giusi, la mujer de Marco Susini, contar su experiencia, clarísima e inequívoca, de cuando tenía apenas 8, o 10 años. En síntesis vio una gran astronave de forma discoidal que se puso ex profeso adelante suyo para que la pudiera ver por un lapso de tiempo. Ella vio... se preguntó qué podría llegar a ser pero sin prestarle mucha atención, pero conservó nítidamente hasta el día de hoy ese recuerdo. Hoy en día, incluso con la ayuda de su marido, logra relacionar muchas cosas que aún están ocurriendo. Giusi también es muy profunda y receptiva a los conceptos espirituales que tratamos a lo largo de la velada y en la oscuridad, fue la destinataria de muchos “flash” del cielo que únicamente ella lograba ver... casi como si fuera un mensaje que quiere decir “Aquí estamos... los mismos de hace mucho tiempo... te seguimos, os seguimos...”.

Marco, a quien habíamos conocido en Milazzo, obviamente deseaba vernos y se quedó muy contento al punto tal que las cuatro líneas que escribió posteriormente en el chat probablemente valgan más que cualquier crónica de lo ocurrido: “Hola a todos. Ayer la reunión fue realmente muy bella, relajante, pacífica... los colores del cielo eran extraordinarios... los argumentos eran interesantes y jamás dejaré de hacer preguntas para conocer... ¡Espero ver nuevamente a quienes estaban allí lo más pronto posible, así como conocer por primera vez a quienes no pudieron estar presentes! Este tipo de momentos tendrían que repetirse al menos una vez por mes”.

Surgieron muchas preguntas, sobre aspectos psicológicos y teológicos, sobre la verdad y sobre la obra que encontraron respuestas en cada uno de nosotros.

Por mi parte intenté hacer mi aporte poniendo a disposición la experiencia humana y transcendental de los conceptos.

Marco no dejaba de hablar, tocamos incluso el escabroso tema de la separación que hubo entre Eugenio y Giorgio, que yo había vivido ya algunos años antes con Eugenio y la definimos, con sabiduría de mente y pureza en el corazón... como algo que en realidad estas cosas ocurren y pasan a ser casi filosóficas a la luz de la consciencia que se adquiere y sobre todo en virtud, o vicio... je... je... je... del hecho de que TODOS somos humanos y por lo tanto convivimos con esta naturaleza que a menudo nos hace “fallar”... por lo tanto siempre es muy importante mantenernos firmes en el Verdadero mensaje Crístico en lugar de hacer una veneración y una adoración que por lo general solemos demostrar por sus instrumentos.

Todo lo que es bueno tiene que ser tomado, almacenado y difundido en la Obra de Eugenio y de Giorgio.

Francisco, de 21 años, realmente fue una sorpresa. Al revelarse como alguien muy “despierto”, cosa de la cual ya me había dado cuenta, pero además está altamente informado de muchas cosas... algunas que realmente son... ¡de archivo!

Es muy joven y siente muy fuerte la Verdad en su corazón y parece estar enamorado de ella, convencido... con una muy buena dosis, diría, de madurez espiritual. Me prometí a mi mismo, je... je... je... que de alguna forma le pediría colaboración en las próximas actividades que hagamos.

Otra hermosa sorpresa podría decir que fue la del papá de Francisco, Alfio, a quien habíamos visto en algunas ocasiones anteriores pero con quien no nos habíamos podido conocer amejor. Una persona simple, humilde, pacífica, que cuenta con una relativa y buena sensitividad... se podía intuir de sus relatos, además de que pudo notar la expansión de mi aura mientras hablaba, como cuando estaba en una iglesia... después de una celebración muy “sentida”... y vi una figura del Maestro mastodóntica, gigante, como si nos estuviera abrazando a todos los presentes...

También nos habló de sus otros hijos, de su mujer... todos al unísono comparten, con graduaciones y tiempos diferentes, la Verdad.

Es una hermosa familia, esperemos que el Señor la mantenga así.

Con el correr del tiempo llegó además nuestro decano, el querido Enzo de Messina, quien anhela constantemente poder pasar algún tiempo en contacto con la naturaleza y especialmente en el Etna, lugar del cual siempre regresa, según sus dichos, “recargado”.

Pero con Enzo... también vi llegar a otras dos personas inesperadas... a un hombre y una... joven... una chica... je... je... je... rubia: Antonella, quien había venido a vernos con su marido Mario.

El hecho de verlos llegar fue algo que me llenó de felicidad y consuelo. La alegría de encontrarnos, vernos, conocernos y de sentir vibrar en la misma tonalidad.. diría que es un lindo... SOL+... je… je… je… para quienes saben de acordes musicales y en sintonía onomatopéyica incluso con Nuestro Padre, siempre Fúlgido y Luminoso que irradia a todos, a los buenos y a los... no buenos.

Antonella tiene un innato y sorprendente sentido intuitivo y sensitivo que, a veces, aflora casi como una especie de capacidad de médium. Inmediatamente se sintió cómoda y compartió con todos nosotros... el frugal refrigerio que hicimos como para comer algo. Mario, a pesar de no estar “convencido” y de no haber sido tocado aún por el Espíritu de la Verdad nos acompañó mientras tratábamos de identificar algunas “estrellas” y estrellitas que comenzaban a atravesar la bóveda celeste desde distintos lugares y hacia otros lugares, pero que no eran satélites...

Luego bajamos por la ladera del monte y seguimos observando el cielo durante algunos minutos.

Las “luces” ya eran más claras, más grandes, de repente se acercaban, se agrandaban, luego se iban debilitando hasta desaparecer de la visual. Es algo que todos hemos aprendido a ver y que siempre será más evidente y “personalizado”. Quizás  se trate de un aplauso de parte de los seres a nuestro deseo de estar, en general.

Es una constante que no tiene que pasar a ser una “obligación” de consuelo para los Hijos de Dios.

Así fue que nos abrazamos y nos saludamos para luego irnos.

Al regreso, mientras compartíamos una parte del viaje con Enzo, nos detuvimos unos minutos para hablar en una estación de servicio. Enzo me dijo que él deseaba poder participar de una nueva actividad pública para hablar de los mecanismos psicológicos que generalmente intervienen en el hombre ante noticias y argumentos que se encuentran fuera del alcance bagaje racional y canónico.

En fin... este análisis que hará también será algo interesante siendo que además es algo que pertenece a su profesionalidad.

Bien... agradezco solo al Cielo. No fue nada del otro mundo… ¡pero tenemos que sentirnos siempre disponibles a los llamados que recibimos!.

foto saro1y2

Saro Pavone

2 de Julio de 2017