Por Maria José Lastra
Ayer 1 de mayo se desarrolló en la ciudad de Oristano, Cerdeña, la conferencia titulada “Giorgio Bongiovanni racconta la Vita di Cristo” (Giorgio Bongiovanni relata la Vida de Cristo), organizada por Paola Pennisi, a la cual participaron alrededor de 160 personas sumadas a las 130 conectadas a través de streaming.
La apertura del evento estuvo a cargo de Pier Giorgio Caria que, como siempre, logró provocar en el público ese deseo de ir más allá de lo que la información estandardizada ofrece por todos los medios de comunicación masiva, relativa a cualquier argumento (política, economía, ciencia, religión…) y las ganas de convertirse en protagonistas a través de estudios personales, investigaciones y búsquedas, de manera tal de llegar a una verdad propia, libre de condicionamientos y avalada por los elementos comprobados personalmente.
El investigador y documentalista Pier Giorgio mostró a las personas presentes en la sala las pruebas filmadas en todo el mundo de artefactos de luz y de astronaves, entre los cuales se encuentra el extraordinario video filmado recientemente por Antonio Urzi en el que aparece una nave metálica. Explicando el verdadero objetivo de la visita extraterrestre en nuestro planeta y advirtiendo sobre la desinformación negativa vigente que apunta a confundir y manipular la verdad.
La misma información engañosa que se transmitió durante el programa del canal Rete 4 al cual Giorgio había sido invitado con gran insistencia para luego, al aire, impedirle de hablar. Una entrevista realizada que luego fue omitida, con opinólogos presentes en el estudio que no eran otra cosa que incompetentes y serviles al poder, y que no es más que el reflejo del complot que se presenta todos los días frente a nuestros ojos... La televisión nos cuenta mentiras sobre todo tipo de argumento para que sigamos siendo ignorantes y sometidos al poder y nosotros aceptamos en forma pasiva que los medios de comunicación nos oculten la verdad.
Pier Giorgio presentó la figura de Giorgio con la sensibilidad de alguien que lo ha acompañado durante años, en numerosos viajes alrededor del mundo, y que ha asistido a diferentes sangraciones de sus estigmas, filmando personalmente algunos de estos acontecimientos. Proyectó imágenes de los análisis de los estigmas y del reciente viaje a Fátima, donde se manifestó nuevamente la cruz en la frente, que luego de unos días se volvió invisible, y preparó al público para que éste pueda comprender la experiencia de Giorgio, centrada principalmente en la figura del Maestro Jesús Cristo y en todo lo que Él nos dejó escrito en el Evangelio.
Así fue que Giorgio entró a la sala, luego de una nueva sangración de los estigmas: “Estoy aquí para responder a vuestras preguntas” dijo, para después contar su íntima vivencia con Jesús, formada por visiones, así como también por encuentros físicos y explicó al público que comprende cuán difícil puede ser creer en un caso como el suyo, sobre todo en un mundo en el que hay tantas especulaciones, por lo tanto invitó a todos a analizar, a observar sus obras y a investigar...; contó además cómo este encuentro lo alejó de su vida normal, ya que era un pequeño empresario, que tenía un buen pasar, y luego agregó “Yo mismo soy un investigador de mi experiencia”... “Intento imitar y seguir el ejemplo de Cristo, amigo de los débiles, enemigo de los poderosos”.
Al responder a las inquietudes del público explicó conceptos espirituales como la reencarnación, algo necesario para el camino evolutivo del espíritu.
Posteriormente una persona preguntó a Giorgio qué piensa de Medjugorje? “¿Qué puedo pensar de un lugar en el que aparece la Virgen?... sino que es extraordinario, pero... ¿me habéis oido decir que todo está bien, que es todo hermoso, que somos todos felices...? A mi la Virgen no me ha dicho que todo es hermoso: yo veo a la Madre Celeste que llora sangre. No dudo que la Virgen aparezca pero si tengo dudas sobre el mensaje que transmiten los videntes; tienen que decir la verdad... tenemos que decir la verdad”. Afirmó además que la meditación y la oración por si solas jamás podrán llegar a cambiar los acontecimientos, pero solo la acción concreta puede invertir nuestro camino autodestructivo.
Algunos preguntan por qué los Seres de Luz no intervienen antes de que se desencadene una guerra mundial, que hasta incluso luego podría llegar a ser nuclear, como han repetido en varios mensajes que él ha recibido. Giorgio explicó la ley universal del libre albedrío y que estos seres trabajan por la justicia y por lo tanto no pueden intervenir antes de que ocurra un hecho, sino solo después. Es una gran prueba de “no interferencia”. Ellos tienen que limitarse a advertir, a poner en guardia a todos sobre las consecuencias de nuestras acciones. Su intervención será inevitable solo en el momento en que pongamos en peligro la vida del planeta en si, o de nuestro sistema solar.
Una persona preguntó si es posible que exista una masa crítica capaz de poder arrastrar al mundo hacia un cambio positivo: “Lamentablemente no. A los ricos y a los poderosos no les interesa cambiar. Hay más de mil millones de personas que luchan por la mera supervivencia y muchos de ellos terminan muriendo de hambre. Luego hay dos mil millones de personas que tienen la capacidad de pensar, pero en su cabeza tienen un único objetivo, la carrera, el arrivismo, el dinero. Son muy pocos los que están en busca de un camino espiritual positivo, y muchos menos los que salen a la calle, que se ponen en acción”.
Frente a la imagen de un Dios justiciero y vengador, percibido por algunas personas al escuchar a Giorgio, él explica que Dios nos deja libres, no invade nuestro libre albedrío. Pero intervendrá con la fuerza para evitar que comprometamos Su creación... “Creo que no llegará el fin del mundo. Habrá una transformación. Tenemos que tener fe. Si somos personas honestas, que amamos a nuestra familia, que luchamos por la justicia, que nutrimos sentimientos altruistas, y que queremos un mundo mejor, no tenemos nada que temer porque Dios preserva del mal a todas las personas que están en el camino correcto”.
Maria José Lastra
2 de Mayo de 2015