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ricardo100Por Ricardo Pérez

El inicio fue una expectativa, una especie de nervio operativo, que me impulsaba a salir en defensa de lo que es justo. ¿Cómo no defender a un juez que busca la verdad, aunque esté del otro lado del mundo, si somos uno?

Entonces salí a la calle en el horario predeterminado. Salí de mi trabajo, el hospital de Niños de Palermo, una especie de santuario donde sufren los parvulitos e inocentes, pagando por nosotros vaya a saber qué karmas.

ricardo

El calor era agobiante, cuando bajé del autobús en la esquina de las calles Las Heras y Billinghurst, al acercarme a la embajada, me llenó de alegría el hecho de ver que venía caminando una hermana de la obra, la luchadora Silvana, que iba a comprar jugo para que tomemos, ella me coloca una foto de Nino Di Matteo, que cubre mi pecho. Mientras la acompaño a hacer las compras, siento como una inercia, esa que nos nació en Paraguay, en otro reclamo de JUSTICIA, y comienzo a repartir los volantes, de pedido de protección, los que se toman el tiempo de leer me miran, como diciendo ¿a un fiscal italiano? yo les digo que pronto tendremos que hacerlo todos, también con los de aquí, y quedan como pensantes diciendo para si – es una buena idea.

Luego viene el encuentro con el resto de los combatientes sin armas, ya está la pancarta que trajo Agustín, están todos, nos saludamos con el corazón. Espero me disculpen, se que es algo serio lo que estamos haciendo allí, pero yo sentí una inmensa alegría, en la acción de ese pedacito de cuerpo místico. Y en todas las arcas del mundo lo mismo.

Seguiré contando que Juanjo y Silvana grabaron cantos de protesta en el megáfono, los cuales eran coreados y secundados por todos los presentes. También Agustín hizo un discurso efusivo dirigido al Estado Italiano en pedido de defensa de Nino, mientras tanto volanteábamos a los coches que pasaban y colocábamos los mismos a los que estaban estacionados.

Al fin terminamos la mayoría en una pizzería que conocía en la zona la hermana Marcela, y no es un comentario baladí, porque es allí donde unificamos criterios, nos conocemos mejor, nos preparamos para otra batalla y hacemos la unidad.

 

Ricardo Pérez un hermano en Cristo.

31 de Diciembre 2014

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