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testa 2016enespañol

ai-piedi-della-croce1Por Erika Pais
Una Cruz  se alza imponente frente a nuestros ojos. Su cuerpo se contorsiona. La Sangre corre  hacia Sus axilas y algunas pequeñas gotas luchan por llegar a la tierra, regando el polvo. Ese polvo grisáceo que en mis entrañas maldigo, pero que sin embargo recibe con profundo respeto a esas pequeñas gotas purificadoras transformandose en ese instante en polvo Sagrado. Observo sus pies. Ya no se mueven, pero si levanto mi mirada siento sus ojos posados en nosotros. Allí, bajo la Cruz, algunos tomados de la mano, desafiando el tiempo, con un grito desgarrando el alma. Me siento morir, quisiera morir, me odio, odio mi cobardía, pero enfrento al destino, llegando a los pies de esa Cruz. No son muchos quienes están agrupados y dispersos, pero en ese momento somos Uno. Los observo en silencio, nadie sabe quien soy, ni porque siento rabia, ni porque lloro. Y yo no se quienes son los que allí están. Pero también, al igual que yo, desafían al tiempo y se quedan debajo de la Cruz.
¿Qué tiene ese Ser que me atrae como el imán al hierro, que no permite que me aleje, y que produce en mi corazón este dolor tan punzante que me ahoga?
El Cielo pronto comienza a llorar y la naturaleza desgarra la Injusticia. No quiero irme. Los soldados nos gritan, se burlan buscando cómplices de su barbarie. Solo quisiera matarlos de a uno, pero ese Ser que agoniza en la Cruz me susurra al espíritu: Ten Fe, paciencia, tolerancia y encuentra el camino en el que nos veremos nuevamente.
Yo no se de caminos, ni encuentros, mucho menos de tolerancia y paciencia, pero en ese preciso instante mirandolo a los ojos, mirando Su Sangre abrirse paso hacia nosotros aprendo sobre el  Amor. Y un remolino me envuelve erizando cada pelo de mi espalda, de mi cuerpo, siento que casi no puedo respirar y veo una Luz brillante detrás de Él. Siento esa Luz en mi y veo como envuelve a todos los que allí han permanecido, a los pies de Su Cruz.
Y siento la Tierra llorar.
Y lloro con ella.
¿Qué te han hecho?
¿Qué hemos hecho?
¿Por qué lo hemos permitido?
Y en ese instante, a los pies de esa Cruz decidí ir a Tu encuentro. Recorrer caminos siderales, tierras alegres, tierras estériles, tierras fértiles, verdes, negras, rojas. Mirar  atardeceres y desafiar amaneceres. Decidí fundirme con las estrellas, ser negro, blanco, mujer, hombre, ser luz, oscuridad, mar, esperanza, odio, desidia. Ser materia y espíritu, algunas vidas un poco más de materia y otras un poco más de espíritu y las que me regalen un poco mas de Vos. Decidí ser colores, silencios, sonidos. Decidí buscarte y encontrarte, decidí acercarme y otras alejarme. Esperando este momento Maestro en el que quisiera fundirme conTigo en un abrazo. Pedirte Perdón y besar tus pies, aquellos que ayer no veía mover. Pedirte  perdón Maestro y darte las Gracias porque buscándote aprendí la Tolerancia, encontré la Fe, aprendí a ser paciente y redescubrí el Amor. El Amor que había nacido y muerto contigo a los pies de Tu Cruz.
Gracias Maestro porque buscándote te encontré...
Y hoy aquellos que están a los pies de la Cruz, aquellos que abrazaste con Tu Luz ya no son extraños para mi. Los he ido encontrando en esta mi loca aventura de buscar. Ellos son aquellos por los que Tu promesa cumplirás y te pido con humildad si cuando los abraces me puedes dejar un lugar para mi, uno pequeño y así terminar de cumplir mi promesa de encontrarte.
Hoy ya cansada de buscar, recupero fuerzas para la batalla final. Guardando ese susurro que me regalaste en lo profundo de mi alma. Y tu regalo de Amor me sigue alcanzando a cada instante.
Hoy ya no te busco. Hoy formo la fila para seguir con Tu batalla, hoy quiero gritarles a la cara a aquellos que te asesinaron que Vos Triunfaste porque todos nosotros te hemos buscado y te hemos encontrado... a los pies de Nuestra Cruz.

Erika Pais
25 de Diciembre 2014

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