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testa 2016enespañol
flavio1002013DEL CIELO A LA TIERRA
 
HE ESCRITO EL 27 DE MAYO DE 2013:
 
UN ANTIGUO COMPAÑERO DE FE Y AMOR ESPIRITUAL CRÍSTICO ME HA ESCRITO ESTE ESTUPENDO TRATADO DE TEOLOGÍA EVANGÉLICA.
¡LEED! MEDITAD Y DEDUCID.
FLAVIO CIUCANI, MI HERMANO EN EL ESPÍRITU, ES SU NOMBRE.
 
G. B.
Palermo (Italia)
27 de Mayo de 2013
 
LA IGLESIA DE JUAN Y EL DIOS DE JESÚS
Por Flavio Ciucani
Podemos decir que la misión de Jesús comienza con la de su primo Juan, que predicaba la conversión en el desierto porque había que prepararse para la llegada del Mesías. Él, como muchos otros fue a ver a “aquel que gritaba en el desierto” para que lo bautizara. Por lo tanto también Jesús comenzó a bautizar y hasta incluso lo confundieron con un discípulo del Bautista, y muchos discípulos de Juan se acercaron a Él. Cuando muere Juan y concluye su misión, Jesús cambia de metodología: hablar a todos sobre el reino de Dios, que ya está aquí entre nosotros y que Él es el Mesías del cual hablaban las escrituras.
 
El concepto metodológico de fondo es que no es el tiempo de esperar que los demás vengan para ser bautizados y por lo tanto predicar la conversión, sino moverse, ir de pueblo en pueblo, de casa en casa para explicar lo que es el Reino. (Nota: Hace no mucho tiempo alguien dijo que no era necesario ir, porque ¡quien quiera saber vendrá!)
 
Jesús va a ver a todos pero no se compromete con nadie: va a comer a la casa de los publicanos y de los sacerdotes, pero no es suave con ellos, echa a los mercaderes del Templo como haría un revolucionario zelota; entre sus discípulos hay zelotes, pero predica el amor y salva a la prostituta de una muerte talibana. A todos, sin excepciones, les explica el Reino en forma de parábolas, para hacer comprender mejor el concepto (hoy, diríamos historias ilustradas para niños); pero luego, cuando llega la noche, o cuando se puede alejar, explica a sus discípulos más “claramente” lo que ha dicho a los demás. Es muy emblemático todo el capítulo IV de Marcos, que os invito a leer por completo. Cito apenas los versículos 10,11 y 12: “Cuando se quedó solo, los que estaban alrededor de él junto con los Doce, le preguntaban por el sentido de las parábolas. Y Jesús les decía: ‘A vosotros se os ha confiado el misterio del Reino de Dios; en cambio, para los de afuera, todo es parábola, a fin de que:
miren y no vean, oigan y no entiendan,
no sea que se conviertan y alcancen el perdón’.”
(Nota: el Papa Francisco hizo un gran descubrimiento: la Iglesia católica siempre ha sabido, porque está escrito, que ¡los ateos son perdonados!).
Por lo tanto todos tienen que saber, pero pocos tienen que conocer. En este momento Jesús está formando un grupo de iniciados que posee el conocimiento y que deberá ser transmitido a lo largo del tiempo hasta Su regreso. Este grupo iniciático es confirmado inconfundiblemente por Jesús en dos oportunidades: “Cuando vio Jesús a su madre, y al discípulo a quien él amaba, que estaba presente, dijo a su madre: ¡Mujer, he ahí tu hijo! Después dijo al discípulo: ¡He ahí tu madre! Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa.” (Juan 19:26-27) 
“’Si yo quiero que permanezca hasta mi vuelta, ¿a ti qué te importa? Tú sígueme’. Por esta razón corrió entre los hermanos el rumor de que aquel discípulo no iba a morir. Pero Jesús no dijo que no iba a morir, sino simplemente: ‘Si yo quiero que permanezca hasta mi vuelta, ¿a ti qué te importa’?” (Juan 21:22-23).
(Nota: Tengo mis dudas sobre la fundación de la iglesia de Pedro: “Yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia, y las puertas del reino de la muerte no prevalecerán contra ella. Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos.” (Mateo 16:18-19).)
 
La palabra ecclesia es un término griego, no hebreo; Jesús siempre habló de “templo”; hasta el siglo III la iglesia de Roma era considerada como fundada por Pedro y Pablo (los patronos de Roma son Pedro y Pablo). (Nota: la sede oficial del obispo de Roma, siempre y aún hoy, es la Basílica de San Juan en Laterano y no San Pedro. La Basílica de Laterano se llama: Sacrosancta Papalis Archibasilica Maior Sanctissimi Salvatoris et Sanctorum Iohannis Baptistae et Evangelistae apud Lateranum, omnium Urbis et orbis ecclesiarum Mater et Caput (Sacrosanta archibasílica papal mayor del Santísimo Salvador y de los Santos Juan Bautista y Juan Evangelista en el Laterano, madre y primera en absoluto de todas las iglesias del mundo y de la ciudad de Roma).
(Nota: La Iglesia de San Juan en Laterano está dirigida hacia el Este, hacia donde nace el Sol, como el águila, símbolo de Juan Bautista, que mira al Sol que nace. ¡La Basílica de San Pedro está dirigida hacia el Oeste!).
Juan 1
“En el principio era el Verbo,
y el Verbo era con Dios,
y el Verbo era Dios.
Este era en el principio con Dios.
Todas las cosas por él fueron hechas;
y sin él nada de lo que es hecho, fue hecho.
En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.
Y la luz en las tinieblas resplandece;
mas las tinieblas no la comprendieron.
Fue un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan.
Este vino por testimonio,
para que diese testimonio de la luz,
para que todos creyesen por él.
No era él la luz,
sino para que diese testimonio de la luz.
Aquel era la luz verdadera,
que alumbra a todo hombre que viene a este mundo.
En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por él;
y el mundo no le conoció.
A lo suyo vino,
y los suyos no le recibieron.
Mas a todos los que le recibieron,
dioles potestad de ser hechos hijos de Dios,
a los que creen en su nombre:
Los cuales no son engendrados de sangre,
ni de voluntad de carne,
ni de voluntad de varón,
más de Dios.
Y aquel Verbo fue hecho carne,
y habitó entre nosotros
(y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre),
lleno de gracia y de verdad.
Juan dio testimonio de él,
y clamó diciendo: Este es del que yo decía:
El que viene tras mí, es antes de mí:
porque es primero que yo.
Porque de su plenitud tomamos todos,
y gracia por gracia.
Porque la ley por Moisés fue dada:
más la gracia y la verdad por Jesucristo fue hecha.
A Dios nadie le vio jamás: el unigénito Hijo,
que está en el seno del Padre, él le declaró”.
(Juan 1 1,18).
 
Estos primeros 18 versículos del Evangelio de Juan fueron la base de la teología y de la búsqueda espiritual de todas las iglesias de los cristianos de los primeros tres siglos: convertirse en hijos de Dios, a través de la Luz y de la Verdad; la Justicia viene de la Ley, la Gracia y la Verdad de Jesús Cristo; la Luz de la Verdad siempre tiene que ser testimoniada. Todas las verdades que Jesús dio a sus discípulos fueron transmitidas a las primeras comunidades y, a través de una elaboración teológica, dejadas como legado a las generaciones futuras. La comunidad de los hijos de la Luz custodiaba la Verdad y educaba a los nuevos adeptos (momento iniciático – esotérico) los que una vez que estaban listos entraban a la comunidad preparados para dar testimonio (momento exotérico – ritual). Ejemplo: en el bautismo de los primeros siglos existe un momento esotérico de iniciación, pasaje de las tinieblas a la luz (catequismo, conocimiento de las verdades, explicación, etc....), que concluía con el rito bautismal, forma exterior (exotérica) para testimoniar la adhesión a los principios cristianos.
Después del 300, con el edicto de Constantino, las iglesias tienden a corromperse y a comprometerse con el poder político hasta volverse “opresivas”, limitar o anular la búsqueda esotérica, dar más importancia a la ritualidad exotérica, perdiendo el espíritu de Juan: se tiende a ocultar la verdad, de convertirla en una propiedad exclusiva, por consiguiente se prohibe no solo el conocimiento sino también el saber, se persigue a los contrarios como herejes, se abandonan las filosofías esotéricas (platonismo) cambiándolas por las racionales (aristotelismo). Durante todo el Medioevo y el Renacimiento la “iglesia” de Juan tiende a esconderse o a mostrarse en forma de comunidad, de instituciones o de órdenes religiosas que dan la posibilidad de transmitir la verdad custodiada: estas instituciones se reconocen por los símbolos y motes que los caracterizan (Caballeros del Santo Sepulcro, Caballeros Hospitalarios...). A veces la simbología se confunde con la naciente masonería hasta la revolución francesa.
 
Mientras tanto, en 1500 tuvieron lugar otros acontecimientos importantes. A finales del Medioevo surgieron los primeros comercios privados, por mar o por tierra, con el consiguiente nacimiento de depósitos, comerciantes y empresarios. El trueque fue reemplazado por el dinero o por instrumentos que lo reemplazaban como cartas de crédito, letras de cambio, préstamos bancarios. Los salarios y los pagos se honraban con el dinero. Para favorecer el comercio aumentó la exigencia de transportes más seguros, más orden, más leyes, más reglas, más impuestos, más abogados, más jueces, en fin, más burgueses. El desarrollo del comercio privado hizo aumentar la cantidad de personas dedicadas a la acumulación de riquezas a través de actividades privadas, lo que llevaría, a finales de 1700 y comienzos de 1800, al nacimiento del capitalismo. Es erróneo pensar que el capitalismo haya nacido con el aumento de las personas dedicadas a un enriquecimiento egoísta: un sistema de vida se cambia con condiciones favorables, pero también con una moral diferente o con una religión que lo justifique. ¿Pero cómo justificar cristianamente esta carrera por la avidez?
 
Los historiadores sostienen que desde 1450 (la primera imprenta de Gutenberg) al 1500 ya había en circulación en Europa casi quince mil Biblias. Ese libro, exclusivamente en poder de la jerarquía, se convirtió en instrumento de lectura y de protesta, de enfrentamiento entre lo que predicaba la Iglesia Católica y el Viejo Testamento, se ponen en tela de juicio los ritos, las creencias, las costumbres: comienza la gran Reforma Protestante. ¿Qué Dios dice que hay que amar al prójimo? ¿Qué Dios dice que más allá de los diez mandamientos hay otras prescripciones, virtudes a seguir, dogmas? ¿En qué pasaje de la Biblia se habla de hermandad y de que la esclavitud es abolida? ¿Dónde se prohibe la riqueza y se condena la posesión material? Dios (el de la Biblia) no condena la acumulación individual de riquezas, la explotación del hombre por el hombre. Contrariamente a lo enseñado y hecho por Jesús, la riqueza material no está condenada en el Viejo Testamento, es más, la misma es considerada incluso como la señal tangible del favor divino por lo tanto volverse ricos es el objetivo de la vida ¡porque Dios te ama! ¿Acaso el “pueblo elegido” no es aquel al que le fuera prometida una tierra llena de “leche y miel”?
 
Este Dios es el que tenían en el corazón, no el de Jesús, en 1630, “los 2000 Puritanos, a los que les siguieron otros 18000 en 1640, iniciaron la verdadera colonización de los Estados Unidos.
Los Puritanos fundaron la Massachusetts Bay Colony, utilizando el nombre de la compañía con la que habían estipulado el contrato de colonización, es decir, la Massachusetts Bay Company de Lóndres, sociedad en la que muchos de ellos tenían una coparticipación accionaria”. (“Historia de los Estados Unidos de América” de Kleeves).
 
Durante todo el mil ochocientos entre la confusión de las guerras, del naciente capitalismo sin espiritualidad y sin conciencia moral, del nacimiento de las dictaduras, del florecimiento de la violencia marxista, llegó una milagrosa intervención para recordar la misión de los hijos de la luz de la iglesia de Juan: la aparición de La Salette (1846). “Yo dirijo un apremiante llamado a la tierra; llamo a los verdaderos discípulos de Dios viviente y reinante en los cielos; llamo a los verdaderos imitadores de Cristo hecho hombre, el único y verdadero Salvador de los hombres; llamo a mis hijos, mis verdaderos devotos, aquellos que se han entregado a mí para que los conduzca a mi Hijo divino, aquellos que, por así decir, llevo en mis brazos; aquellos que han vivido de mi espíritu; llamo en fin a los apóstoles de los últimos tiempos, los fieles discípulos de Jesucristo que han vivido en desprecio del mundo y de sí mismos, en la pobreza y en la humildad, en el desprecio y en el silencio, en la oración y en la mortificación, en la castidad y en la unión con Dios, en el sufrimiento y desconocidos del mundo. Es tiempo de que salgan y vengan a iluminar la tierra. Id y mostraos como mis hijos queridos, yo estoy con vosotros y en vosotros con tal vuestra fe sea la luz que os ilumine en estos días de infortunio. Que vuestro celo os haga como hambrientos de la gloria y del honor de Jesucristo. Combatid, hijos de la luz, vosotros, los pocos que veis, pues he aquí el tiempo de los tiempos, el fin de los fines”. 
Flavio Ciucani
27 de Mayo de 2013


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