Por Sonia De Marco
Después de haber dejado los estudios en el 4º curso, sin haberme diplomado, ni mucho menos llegar a licenciarme, y de no haber realizado mi sueño en el cajón de llegar a ser traductora y bailarina de profesión, no creo que me haya sentido realizada nunca al 100% o que haya dicho alguna vez mirándome al espejo: “Muy bien Sonia, me siento orgullosa de ti”.
Pero hoy, después de haber oído decir a un niño de 6 años: “Mi madre trabaja para los niños menos afortunados que yo, que no tienen una casa y no tienen para comer. Mi papá en cambio se dedica a antimafia”... he comprendido a través de esas pocas palabras que yo había concretizado mi sueño desde hace tiempo, es más, no solo uno... sino todos los que tenía en la cómoda. ♥
15 de Enero 2013