El majestuoso teatro de Montevideo abre las puertas al público para acoger el esperado encuentro del estigmatizado Giorgio Bongiovanni que después de siete meses vuelve a la capital del Uruguay. Giorgio sube la larga escalera acompañado de hermanos que han venido de las distintas arcas locales, de Argentina, de Chile, de Paraguay, amigos, conocidos y personas nuevas hasta que entra en la gran sala llena de personas. Los asientos están todos ocupados, la gente se amontona en el fondo. Las notas del Ave María resuenan profundas en la sala mientras un hombre de color canta con gran intensidad la oración de la Madre Santísima. Un hombre, Daniel Batista, que ha venido de la zona más humilde de la ciudad y que con su gran talento y su sensibilidad da calidez a las frías paredes del teatro y a todos nuestros corazones. La vibración se eleva y el público, en un único cuerpo, se recoge en una oración en la que se concentran todos los sufrimientos y las adversidades de la vida. Ella, la Virgen Santa con Su manto acaricia aquellos espíritus que con humildad y sencillez piden perdón por sus pecados y ayuda para sus dificultades.Un fuerte aplauso saluda al tenor que recientemente ha sido presentado en un canal televisivo, donde por toda respuesta le han dicho: “De verdad un gran talento, pero la estética no corresponde a nuestras exigencias”. Son los “no principios” en los que se basa nuestra pobre sociedad.
El ufólogo y contactado Rafael Ulloa sube al palco. El investigador que empezó su camino espiritual con el famoso contactado Sixto Paz concentra hoy su exposición en la difusión de la realidad extraterrestre ligada al mensaje crístico. El investigador presenta estupendas filmaciones realizadas por su equipo de investigación en puntos de observación en Capilla del Monte, en Argentina. Prosigue después con su breve, pero profunda ponencia sobre la importancia de Cristo y de Su Retorno, sobre la misión de los seres angélicos que vienen a visitarnos con sus astronaves y que preparan el nuevo advenimiento del Mesías. Ulloa habla del valor del Amor que Jesús nos ha enseñado con el mandamiento más importante “Ama a tu prójimo como a ti mismo” y sobre el valor del Perdón “Si no perdonáis no seréis perdonados”. Al terminar, mientras recibe el aplauso del público, Giorgio sube al palco para abrazarle. Erika, que había abierto la conferencia sube de nuevo al palco para presentar los signos que se manifiestan en el mundo y que nos preparan para el segundo evento más grande de la historia de la humanidad: el Retorno de Cristo. Círculos en el trigo, filmaciones de Antonio Urzi y Simona Sibilla, fenómenos milagrosos de naturaleza mística son las imágenes que pasan por la gran pantalla y que Erika explica con seriedad. Para terminar presenta el video con las últimas imágenes de los análisis efectuados sobre el cuerpo del signo viviente: Giorgio Bongiovanni estigmatizado. En conclusión Erika llama al palco a Giorgio para presentar al siguiente relator y la relación que tiene su intervención con los temas que se han tocado hasta ese momento. Giorgio subraya la fundamental importancia de otro valor básico sin el cual una sociedad no puede vivir en paz y amor: la justicia. La lucha contra el Anticristo, en la misión que le ha sido encomendada por la Virgen, significa la lucha contra la corrupción del poder encarnado en hombres sin escrúpulos que han condenado a muerte al planeta Tierra y sus habitantes. La palabra pasa por lo tanto a Georges Almendras que después de un discurso claro y directo sobre la responsabilidad del hombre en la decadencia que vive hoy, presenta el documental que ha realizado sobre Cosa Nostra siciliana y que fue presentado el año pasado en noviembre en la universidad de la ciudad de Rosario. El objetivo que persigue la difusión de esta filmación es la necesidad de una toma de conciencia. Porque conocer significa poder elegir. La palabra pasa por lo tanto a Giorgio. Ya es tarde, son más de las diez, pero alrededor de 500 personas están todavía ahí presentes en la sala que esperan ese momento. La luz se hace más tenue. Una silla es colocada en el centro del palco. Giorgio se sienta con el micrófono en la mano. Algunos faros de luz iluminan delicadamente su figura que es reflejada en la gran pantalla.
El hombre, el mensajero, comienza a hablar lentamente. Un religioso silencio desciende en la sala. “Siempre me emociona hablar delante vuestro, aquí en Montevideo, que siento como si fuera mi segunda casa”. Después, lentamente, con esa vibración de la palabra que entra en los corazones, el mensaje es donado con una delicadeza que roza dulcemente el corazón de las almas que escuchan, con esa certeza en la que la gente se refugia y con ese sentido de la justicia que entrega al hombre el perdido temor de Dios. “Yo debo recordar esas palabras de Cristo que la iglesia ha borrado, olvidado... –Regresaré con potencia y gloria... separaré los cabritos de los corderos… Alejaros de mí, hombres inicuos… Si escandalizáis a uno de estos pequeñitos es mejor que os atéis una piedra de molino al cuello y que os arrojéis al mar… Ay de vosotros, escribas y fariseos… Después la pregunta de Pilatos a Jesús: “¿Eres tú un rey?” “Si lo soy, pero no de este mundo, si así fuera mis soldados me liberarían…-. “Por esta razón” dice Giorgio “iré a Sicilia, porque debo decir que Cristo está regresando y que El liberará al mundo de las mafias, de la corrupción, del mal e instaurará en la tierra un nuevo reino”. Giorgio explica que la situación será cada vez más difícil y que lamentablemente no mejorará hasta ese retorno esperado, porque está en acto un proyecto de exterminio de gran parte de la humanidad desarrollado a través de guerras y de la difusión de enfermedades que consentirían solo a una minoría de personas el poder vivir con los pocos recursos que la tierra tiene todavía a disposición... “Pero debéis tener fe de que pronto llegará un libertador… El ganará y nosotros debemos estar a su lado con integridad e incorruptibilidad porque vuestros hijos heredarán este nuevo mundo y este planeta resucitará... el mensaje más importante que he recibido es que se salvarán todos aquellos que trabajan a favor de la vida, de la justicia y del amor, este es el mensaje más universal que yo haya podido recibir”. Los aplausos numerosos y sinceros expresan a Giorgio el amor y el apoyo que este pueblo siempre le ha demostrado. Giorgio de pie, los signos de los estigmas evidentes en las manos descubiertas, reza con la música de fondo el Padre Nuestro en arameo y en italiano, la gente de pie le acompaña en una oración que une los espíritus en una comunión que solo Cristo puede crear.

Desde Montevideo
Sonia Alea

Montevideo, 12 de junio 2010