Es el mes de marzo de 2009, cuando en  la conferencia de Giorgio Bongiovanni en Novara, encuentro por primera vez a Antonio Urzi, a Simona Sibilla y a Giuseppe Garofalo y desde entonces, a pesar de que haya pasado sólo un año, me ha sido posible vivir momentos inolvidables en compañía de ellos, momentos emocionantes, llenos de alegría, nuevos conocimientos, conferencias, pero sobre todo un año colmado de VERDAD, esa verdad Crística que como Giorgio Bongiovanni suele repetir en sus numerosas conferencias “despierta a las almas dormidas”.
Desde aquél día del 2009 quedé en estrecho contacto con Antonio, Simona y Giuseppe Garofalo, porque inmediatamente nos aunó la divulgación, cada uno con sus acciones cotidianas, de la VERDAD CRISTICA.
El sábado pasado, 13 de marzo de 2010, Antonio me llama por teléfono y en esa ocasión, me invita a su casa para el día siguiente, con un motivo bien preciso. Me explica que en los días anteriores, varias veces había percibido la sensación de que el domingo 14 de marzo, él en compañía de Simona, Giuseppe Garofalo y yo, tendríamos la oportunidad de filmar un avistamiento. Varias veces he estado como invitado en casa de Antonio y Simona, pero hasta hoy no había sucedido nunca el hecho de poder ser testigo con ellos de un avistamiento, por lo tanto podréis imaginar la emoción que sentí latiendo en mi pecho cuando Antonio y Simona me pidieron que nos viésemos también con Giuseppe para filmar y convertirnos en testigos directos del acontecimiento.

Finalmente llegó el domingo y nuestra cita es a las 15:00 en  Cinisello Balsamo (Milán); llego puntual a la cita y me esperan Antonio, Simona y su abuela...
Luego de los abrazos y saludos decidimos dirigirnos a un parque público que queda precisamente frente al departamento de Antonio y allí esperamos por algunos minutos la inminente llegada de Giuseppe Garofalo, el cual no se hace esperar y llega al parque casi al mismo tiempo que nosotros.
Alrededor de las 15:15 nos encontramos preparando los trípodes y las videocámaras dirigidas hacia el cielo, con gran emoción por la manifestación que Antonio “siente” que podrá filmar y entonces empezamos a escudriñar el cielo con nuestras narices hacia arriba, pero hasta las 16:45 no pasa nada, hasta que el mismo Antonio, increíblemente a primera vista y luego con el uso de las videocámaras, avista el objeto volador que estábamos esperando desde hacía tanto... es un espléndido EBANI, a gran altura que se traslada desde el noreste hacia el sur, a una velocidad sostenida. La emoción es tal que nos toma una decena de segundos antes de que yo pueda enfocar con la videocámara a la nave madre, pero después de unos minutos tuvimos que dejar nuestros visores pues ya no era posible avistar al EBANI.

Inesperadamente Antonio Urzi logra sorprenderme aún por segunda vez, porque a pesar de que el cielo no era claro, él encuentra la forma de individualizar el pasar de dos esferas de luz y logra filmarlas. Estábamos viviendo una Señal del Cielo en directo y sobre todo se estaba verificando lo que Antonio había preavisado tan solo unos días antes y la emoción que me embargaba se transformó en lágrimas de alegría, que personalmente me llenaron el corazón de fuerza y esperanza, quizás porque me vino a la mente la imagen de mi hijo Matteo Rubens de 7 años y quizás porque lo imaginé a él como uno de los candidatos a ser habitantes del Reino de Dios sobre la Tierra.
Jamás dejaré de agradecerle a Dios por haberme hecho encontrar en ese día de marzo de 2009 a Antonio Urzi, Simona Sibilla, Giuseppe Garofalo, Giorgio Bongiovanni y sobre todo de haberme hecho acercar tan velozmente hasta el día de hoy, a la verdad  que vuelve libres.
En Cristo Nuestro Señor, que sea hecha tu voluntad así en el Cielo como en la Tierra.
Un abrazo a todos mis hermanos cósmicos, en nombre de la Verdad que nos une.

Fabio Di Nola
16 marzo 2010