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soldi-ingranaggi-webEUROPA SUCURSAL DE WALL STREET. PORQUE DESAPARECEN LAS “Y”.
UNA HISTORIA QUE NADIE CUENTA
Por Giulietto Chiesa - «La Voz de las Voces», enero de 2011.
Ahora, os pido que hagáis un pequeño experimento. Todos tendréis un billete de euro en vuestros bolsillos. No importa de cuánto sea, aunque sea uno pequeño. Echadle un vistazo, en el dorso de cada billete hay un número de serie. ¿Habéis visto? Bien, no es sólo un número de serie. Es una suma enciclopédica de la cultura del engaño. Y de la ferocidad de aquello a lo que sus señorías llaman el “mercado”, pero que no tiene mucho que ver con el mercado, en el cual compradores y vendedores están, en cierta medida, a la par. Decía: número de serie. Pero no comienza con un número, sino con una letra del alfabeto inglés. Y aquí hay un primer candado por abrir.
Esta letra figura por un país, entre aquellos que forman parte, por ahora, de la “zona euro”. Ahora os desafío a encontrar un solo billete de 50 euros que comience su número de serie con la letra “Y”. Si lo llegarais a encontrar sabed que es un residuo que ha escapado misteriosamente de una despiadada cacería de brujas, perdón, del billete.
Los demás, aquellos ya capturados, es decir, casi todos, están recluidos en algunos caveau (depósitos) del Banco Central Europeo. Y si algún día salieran de allí, será sólo porque los griegos los han rescatado con su sangre. Literalmente.
De hecho, esa “Y” figura por Grecia. Vosotros diréis: ¿y cómo puede ser que le hayan dado la letra “Y” a Grecia? Respuesta. La razón es la misma por la cual a Alemania le han asignado la “X”, Francia tiene la “U”, Italia la “S”, Austria la “N”, España la “V”, Bélgica la “Z”, la “P” para Holanda, “H” para Eslovenia y así sucesivamente, en forma encriptada.
El objetivo es impedirle al público, es decir a nosotros, que utilizamos esta moneda todos los días, que sepamos a quien le “pertenece” ese dinero. Pertenece es una palabra inadecuada. En todo caso no nos pertenece a nosotros, sino a los bancos centrales de los países individuales, los cuales a su vez no pertenecen a países individuales, sino a los bancos privados que llenan los consejos de administración.
Sustancialmente, estos billetes con su hermosa letra encriptada, son el aporte que cada país ha realizado a la moneda común europea. Ahora se da el caso de que Grecia ha caído en quiebra. Ya no tiene dinero, está desnuda y tiene que devolver el préstamo del Fondo Monetario Internacional y de la “X”, o bien, de Alemania, con vertiginosas tasas de interés.
Entonces, a hurtadillas ¿qué es lo que hace el Banco Central Europeo?
Retira de circulación todos los euros de procedencia griega. Lo que impera es evitar sorpresas. ¿No será que el pueblo griego, llevado por un impulso repentino, decide declarar por sí solo la quiebra, de forma unilateral, manda al carajo a su gobierno, capitaneado por ese agente del “consenso washingtoniano”, llamado Papandreu, y hace como la Argentina, es decir, ya no paga ninguna deuda?
Es por ello que se los expropiaron anticipadamente. Si por casualidad los griegos decidieran retirarse del euro, tienen que encontrarse en seco. Completamente. Que reinicien desde cero, que se arreglen emitiendo de nuevo sus viejos dracmas.
Descubrirán, si fuese bien, que el dracma resucitado valdrá menos de la mitad de la dracma pre-euro. Y tendrán que hacer malabarismos para reiniciar desde cero, mientras que todo el mundo los tratará como los marginados.
Los medios de comunicación nos han contado un montón de mentiras, diciendo que han gastado demasiado, que tienen demasiados empleados públicos.
Una doble mentira. Porque Grecia está última en Europa en lo que se refiere a los fondos destinados a los sueldos de los empleados públicos. Y, en segundo lugar, es de veras una absoluta deslealtad, acusar a las familias griegas de haber quedado en rojo. ¡El hecho es que todos estamos consumiendo demasiado! Porque hemos sido transformados en consumidores compulsivos, hemos sido hipnotizados en masa. Y eso que los europeos todavía consumimos poco.
Los auténticos lobotomizados son los americanos y los ingleses, ambos mucho más en rojo que los griegos. Sólo que ellos no pretenden pagar la cuenta, mientras que a los griegos les están haciendo pagar la cuenta a bastonazos.
Habréis notado, por otro lado, que están haciendo la misma operación con Irlanda. Que no quería el préstamo del FMI. De hecho, resistió a lo largo de tres meses a las intimaciones perentorias. Luego cedió. ¿Alguna vez se ha visto un banco que te quiere prestar dinero a toda costa, que te corre por detrás en la calle para darte su limosna? Justamente, asistimos a la caza del deudor que no quiere préstamos de parte de potenciales acreedores, aparentemente muy generosos, en realidad usureros de la peor calaña.
Así, ahora desaparecerán, es más, ya están desapareciendo, los billetes de alto valor con la “J”, que son justamente de Irlanda.
Luego desaparecerán las “M”, de Portugal.
Tarde o temprano también le tocará a Italia.
¿Quién manda esta zarabanda?  
Wall Street manda.
El dólar cae en picada. Necesita un euro subalterno y una Europa sin soberanía, que pague la deuda americana, dado que los chinos no lo hacen más. Después de Irlanda le tocará a Portugal. Es una treta, como se ha dicho, con la cual se hace desaparecer la soberanía de Europa, se la divide entre aquellos que mandan y las víctimas. Así no nos quedará ni siquiera esta mísera Europa, sino una sucursal de Wall Street.

Fuente:

http://www.megachipdue.info/rubriche/34-giulietto-chiesa-cronache-marxziane/5362-europa-succursale-di-wall-street.html