Tucumán-Argentina. Tres orantes que compartían un turno de adoración en el Oratorio del Corazón Eucarístico de Jesús, de avenida Aconquija al 400, observaron una mancha roja que se desplazaba desde la frente hasta la mejilla izquierda de Cristo, en una imagen empotrada. Bioquímicos la analizan. Gran afluencia de fieles.

"Es un fenómeno concomitante". Con este concepto el párroco de la Iglesia de Nuestra Señora de la Caridad, Jorge Gandur, sintentizó la presencia de un fluido rojo, que tres feligreses descubrieron en el rostro de Cristo, en una imagen empotrada en el Oratorio del Corazón Eucarístico de Jesús. El edificio, que data de cinco años atrás y que se encuentra en la intersección de avenida Aconquija y Andrés Villa, es el lugar de adoración al que concurren los fieles a ejercitar sus oraciones. En esa circunstancia se encontraban el abogado Jorge Iramaín, quien compartía el "turno" de adoración con Luciana Müller y Mercedes Macome.
"Promediaban las dos de la tarde. Yo me encontraba sentado en el último banco, a seis o siete metros de la imagen. En medio de mis oraciones me pareció ver al costado izquierdo del rostro de Jesús, en una imagen metálica de color grisáceo que representa la Ultima Cena, una mancha rojiza que se extendía desde la frente y se desplazaba hasta la mejilla. En primera instancia no le di mayor importancia. Tras algunos segundos, volví a observar, esta vez con mayor atención y pensé que se trataba de sangre. Ocurre que en ese momento, la señora Macome, que estaba en el primer asiento, tuvo idéntica percepción. A partir de ese momento, nos pusimos en contacto con la parroquia y comenzaron a llegar los adoradores, que cada vez eran más", explicó Iramaín.
A título personal, el abogado de 50 años definió el episodio como un fenómeno natural, "de todos modos, la iglesia tiene la última palabra", concluyó.
El padre Gandur en la celebración de la misa de las 20.00 hs, en la iglesia de La Caridad, debió necesariamente abordar el tema, oportunidad en la cual dijo que se dispuso que se realice un estudio para determinar las características de la mancha. Para ello se estableció contacto con bioquímicos, quienes con la delicadeza que requiere el caso, extrajeron las muestras de rigor para someterlas a los reactivos que usan los forenses, y así determinar o no la presencia de sangre.
"Igual, lo que espero es que no se pierda de vista la adoración. Este hecho, no nos tiene que entretener para desviarnos del objetivo principal", concluyó.
Lo cierto, y más allá del anhelo porque el Oratorio no pierde su esencia de tal, desde la tarde y durante la noche de ayer, la afluencia de gente fue tan marcada, que hasta se debió cortar avenida Aconquija en la trocha Oeste-Este, para evitar embotellamientos.
Se escucharon entre quienes llegaron hasta el Oratorio las más variadas expresiones, habiendo especial coincidencia en el sentido que se trataba de un mensaje divino.

Sábado 12 de Junio de 2010  
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